Constanza Núñez: Su historia personal

sicóloga y coach ontológico

Una crisis existencial fue el preámbulo para salir de su zona de confort, renunciar a su trabajo, encontrar su propósito y escribir el libro Conecta con tu pasión. Fue un camino de autoconocimiento que demandó tiempo, abandonar creencias limitantes y mirarse en el espejo como nunca antes. “Ha sido un desafío constante. La Coni de hace cinco años no podría creer todo el camino que he transitado”.

Por Macarena Ríos R./ Fotografías Javiera Díaz de Valdés.

Constanza tiene treinta y ocho años, un libro que ya va por su tercera edición y dos hijos: Sebastián (24) y Dominga (7). Melena corta, ojos chispeantes, aros de perla, la boca pintada de rosa suave, dice que las mentorías aceleran el proceso hacia el autoconocimiento, que para lograr el equilibrio es necesario conectar con las emociones y que es clave escribir y visualizar nuestros objetivos.

También dice que siempre fue la sicología, aunque confiesa que su sueño frustrado es haber sido cantante. “Amo el karaoke”, afirma rotunda. De hecho, su despedida de soltera fue en el desaparecido Chihuahua, un bar en Vitacura. “No podría haber sido en otro lugar”.

Segunda de tres hermanas, nació en Viña del Mar. Su adolescencia rebelde devino en un temprano embarazo que modificó no sólo su temperamento, sino también su vida. “Ser madre adolescente, a pesar de la valentía que implica, era un sesgo en esa época”, recuerda, “luego de un año sabático y el nacimiento de mi hijo no pude escoger el colegio que quería por ser mamá soltera”.

Los tiempos han cambiado, igual que ella. Sin embargo, no se arrepiente de nada y volvería a hacer todo exactamente igual, porque fueron justamente esas decisiones las que la llevaron a ser quien es, una persona apasionada, intensa, dispersa, autoexigente, “a veces demasiado”, que ama las caminatas, los erizos y los atardeceres.

Dicen que somos lo que vemos, escuchamos y leemos. ¿Qué tipo de información consumes?
Ignacio Fernández, uno de mis mentores en el magíster de Sicología Organizacional, decía que una de las características de las personas felices es que no ven televisión. Yo lo tomé literal. Hoy en día soy mucho más consciente de que lo que uno consume es demasiado importante. En mi libro hago la analogía de que nuestra mente es como un refrigerador, no puedes tener comida chatarra o vencida; a veces nos llenamos de información podrida: que el mercado está difícil, la crónica roja, los accidentes, los asaltos, la droga. Todo eso nos genera cortisol y nos mantiene en estado de alerta, por lo tanto, vemos el mundo más negro, difícil y amenazante.

El 2009, impulsada por la crisis económica, partió a Santiago a trabajar, donde más tarde se casó, tuvo a su segunda hija, renunció a una pega estable y se atrevió a emprender. En ese orden. Pero no fue un camino fácil, como relata en su libro Conecta con tu pasión.

Todo estaba conectado. “No podría trabajar con la Coni laboral y dejar a la Coni personal en casa. Somos un todo. Lo que elegiste de carrera, el trabajo en el que estás, el jefe que no soportas y sigues aguantando, todo eso tiene que ver con tu historia personal”.

Una crisis de angustia que derivó en una licencia médica fue solo el principio de un proceso de cambios. “Benditas crisis que nos ponen a prueba y nos incitan a crecer y a mostrar nuestras mayores fortalezas”, escribiría años después en su libro.

“La maternidad con Dominga me llevó a cuestionarme muchas cosas. Me iba bien, tenía un trabajo demandante que implicaban muchos eventos y una vida social activa, ¿pero era eso lo que quería? Había algo que me incomodaba, que me faltaba, a pesar de que aparentemente lo tenía todo: una linda casa, auto, vacaciones”.

El 2017 tomó una mentoría con Pamela Quezada, que acompaña a sicólogos y coaches en el proceso de independizarse y vivir de lo que aman. Con el tiempo, las piezas comenzaron a encajar. “A comienzos del 2018 me independicé y puse al servicio de los demás mi experiencia y conocimientos para acompañar a otros profesionales en una búsqueda laboral efectiva. Ese mismo año me formé como coach ontológico en Newfield Network”.

Fue un año intenso.

¿Qué aprendiste?
A mostrarme vulnerable, a conectar con mi ser más profundo y atreverme a ser yo misma. Es en la conexión con las emociones donde se encuentran las respuestas.

SOÑAR EN GRANDE

 El año pasado, Constanza decidió volver a Viña, quería “bajar las revoluciones”. “Hoy escucho podcast mientras camino por la playa y agradezco mucho más”. Se instaló frente al mar junto a su familia. “Mi marido ha sido súper importante en todo este proceso, me ha apoyado en todos mis sueños y en todas mis locuras”.

Amante del reguetón, los colores, los libros de autoayuda y las machas a la parmesana, dice que el mindfullness es clave para volver al origen. “La meditación acalla la mente, permite conectar con el aquí y el ahora, con nuestra respiración. Las personas que son ansiosas como yo, tendemos a estar con muchos pensamientos rumiantes, entonces la meditación permite bajar ese ruido mental para enfrentar nuestro día de manera distinta y poder gestionar nuestros pensamientos sin que estos nos dominen”.

“Soy una convencida de que podemos encontrar ese trabajo soñado que nos inspire a ser mejores día a día, que disfrutemos cada tarea como un nuevo desafío y brillemos en términos profesionales. La vida es muy corta para dedicarse a odiar los lunes y esperar los viernes o las vacaciones para ser feliz”.

 ¿Una lección de vida?
Soñar en grande. Siempre soñé con ser sicóloga, con ayudar a los demás, con ser escritora, aunque en el camino quizás lo olvidé. Conectar con esos sueños y cumplirlos es la base de todo. No solo soñar y quedarse con las ideas bonitas sino ejecutar, hacer algo para que esto resulte y creer que es posible.

¿Cuáles son los beneficios de un coaching?
Cuando tomas un mentor aceleras el proceso de autoconocimiento, un coach te ayuda a movilizarte hacia el logro de tus objetivos. Cuando hacemos solos este proceso tendemos a procrastinar, nos da miedo, nos llenamos de cosas urgentes, pero no importantes.

¿Qué papel juega la gratitud en nuestras vidas?
Una vez escuché que la gratitud es igual a abundancia y la queja es igual a escasez; cada vez que agradecemos nos conectamos con la abundancia en nuestras vidas, con nuestra esencia. Por eso es importante agradecer lo que tenemos, y no hablo solo de lo material, sino de un abrazo, de una conversación, incluso poder surfear lo negativo. La gratitud es lo que nos hace ver el vaso medio lleno y nos recuerda que somos suficiente.

¿El mejor consejo que te han dado?
“Mejor hecho que perfecto”. Si no hubiera sido por esta frase yo no hubiera hecho nada, en todo sentido. Cuando te quedas en esa perfección, se pierden oportunidades.

¿Qué cambios harías en la malla curricular si tuvieras incidencia en las políticas públicas educacionales?
Somos analfabetos emocionalmente, nadie nos enseñó a gestionar nuestras emociones ni a conectar con nuestro propósito para enfrentar el futuro laboral. ¿Cuántas personas están estudiando carreras que ni siquiera les gustan? Les enseñaría a los niños a gestionar sus emociones a través de la meditación, porque el mindfullness ayuda a regularlas. Hoy en día, el tema de las pantallas hace que los niños tengan cero tolerancia a la frustración y se desregulen con mucha facilidad, no desarrollan la voluntad, el pensamiento crítico, ni la capacidad para decidir. Esos niños, a futuro, son los que renuncian a sus trabajos o son más proclives a generar depresiones.

En tu libro hablas de la importancia de trabajar con nuestra mente, de hablarnos, porque el pensamiento crea realidad, sin embargo, nadie nos enseñó a conectarnos con nosotros mismos. ¿Qué otras cosas no nos enseñaron?
Hay tres conceptos que no nos enseñaron y que son claves para el éxito, a mi juicio: gestión emocional, autoconocimiento y mentalidad de éxito. Es importante reconocer y aceptar nuestras emociones, aprender a manejarlas de manera saludable nos permite tomar decisiones más conscientes. Al desarrollar habilidades de gestión emocional, podemos encontrar un equilibrio que nos permita enfrentar los desafíos de la vida de manera más efectiva. En cuanto al autoconocimiento, es fundamental dedicar tiempo y esfuerzo a explorar quiénes somos realmente. Conocer nuestras fortalezas, debilidades, valores y metas nos ayuda a tomar decisiones alineadas con nuestra autenticidad y a vivir una vida más plena y satisfactoria.

“En cuanto a la mentalidad de éxito, se trata de adoptar una actitud positiva y proactiva hacia la vida. Una mentalidad de éxito implica creer en nuestras capacidades y en nuestras posibilidades de lograr nuestros objetivos. Lo relaciono con aprender también de negocios, finanzas y dinero”.

Si pudieras cambiar algo de tu vida, ¿qué sería?
No cambiaría nada. Cada decisión me ha llevado hasta donde estoy.

SER PROTAGONISTA

Es miércoles por la mañana. Sus ojos miran hacia la cámara, chaleco blanco, jeans y actitud. “Me encantan las fotos”, comenta con una sonrisa, igual que escribir y leer, leer mucho, nutrirse, aprender. Si pudiéramos hacer un ranking, sus favoritos serían Usted puede sanar su vida de Louise Hay y El libro de la alegría, cuyas páginas están desgastadas de tanto hojearlo.

¿Qué sueñas?
Que este mensaje, el conectar con la pasión, llegue a todo el mundo para que sean protagonistas de sus vidas.

Por estos días está trabajando en su segundo libro.

¿De qué se trata?
Justamente de lo que pasa después de conectar con la pasión y que lo viví escribiendo el libro; el burnout, el síndrome de la impostora, el miedo a brillar, el cómo nos enfrentamos y sostenemos el éxito, el surfear el miedo y el cómo poder sostener ese éxito alcanzado.

“Siempre se nos ha dicho que tenemos que elegir entre el éxito y la felicidad, entre la familia y el trabajo, pero no es así, uno puede tener las dos cosas, ¿por qué optar? Mientras la llamada “mente millonaria” habla de que existe A y B, la “mente de pobreza” nos llamaba a elegir entre ambas opciones. Puedes tener éxito a tu manera desde otro camino, por ejemplo, emprendiendo y teniendo tu propio horario”.

¿Cuál es tu libro de cabecera?
El mío.

Y ríe, echando la cabeza hacia atrás.