Vivir en la Ciudad del Deporte y, además, bella.
Buen clima, viajar mirando de reojo el hermoso camino costero, el mar, las playas, los atardeceres, los jardines bien cuidados, con una réplica de la escultura El pensador de Rodin y la de nuestro gran Larraguibel.
Problemas para dejar el auto en pleno centro no lo tenemos gracias a los amplios estacionamientos subterráneos y al estero sin agua que sirve, además, para diversas actividades al aire libre.
Y si somos deportistas, nuestro Valparaíso Sporting Club nos permite practicar uno de los tantos que tiene en sus verdes y cómodos espacios en pleno centro, a solo unos diez minutos de nuestros lugares de trabajo. Muchos aprovechan de practicar su deporte favorito durante la hora de almuerzo en gimnasios o campos deportivos cerca de sus viviendas. Todo queda cerca. Seguramente hay mucho que mejorar, pero somos muy afortunados de vivir en la ciudad de la Tía Coti.