La inmensidad del mar cobra protagonismo y convive en cada rincón de Radisson Blu Acqua Concón. La arquitectura se abre al paisaje, la luz se cuela por los grandes ventanales y el sonido de las olas marca el ritmo del día. Un ritmo suave que invita al descanso consciente, a la conexión con la naturaleza y a recordar que la calma también es un lujo. Con ciclos de cine documental y noches de música en vivo, el complejo hotelero busca ofrecer una experiencia única.
El sello de una atención personalizada y un ambiente hogareño —que hace que los huéspedes “vuelvan a casa”—, se ha transformado en la impronta de Radisson Blu Acqua Concón.
Emplazado sobre el mar, el complejo ofrece diversos servicios, pensados especialmente para disfrutar la estadía: restorán, bar, música en vivo, gimnasio, spa, hot tub, piscinas y terraza con vista al Pacífico.
“Todo está hecho a escala humana. Estamos inmersos en la naturaleza, el paisaje está presente en todos los rincones del hotel y eso es lo que nos caracteriza. Las personas buscan calma, armonía, paz y tranquilidad”, asegura Diego Cárdenas, gerente general del hotel.
“El mar es energía pura y queremos que sea vivido durante todo el año”, dice Angélica Pumpin, subgerente. “Contamos con un borde costero con ciclovías para que los pasajeros lo puedan disfrutar. Salir a dar una vuelta en bicicleta, ahora que viene el verano, es maravilloso”.
La vista es un imperdible. No solo las habitaciones cuentan con una generosa vista al mar, sino también el spa, el sauna y los salones con claraboyas.
“En el área de los eventos corporativos, nuestro foco está dirigido, fundamentalmente, a reuniones de directorio y gerenciales. Disponemos de tres salones con capacidad de cuarenta a ochenta personas según el montaje requerido, catering para almuerzos, coffee break, cenas, catas e, incluso, asados. Nos acomodamos a las necesidades del cliente”.
¿Qué servicios ofrece el spa?
Tiene una amplia carta de servicios para un completo bienestar. Contamos con todo tipo de masajes de cuerpo: Tao, descontracturantes, relajantes, digitopresión, drenante, piedras calientes y faciales. También ofrecemos los llamados circuitos de agua: sauna, vapor y ducha finlandesa.
La guinda de la torta son las tinas de talasoterapia, “agua de mar llevada a 38 grados que genera un intercambio de minerales en nuestra piel (osmosis). Relaja el sistema nervioso, alivia dolores musculares, mejora la circulación, nutre la piel y refuerza el sistema inmunológico. Es sanador desde todo punto de vista”.
¿Cuál es la propuesta de Acqua Restaurant & Bar?
Ofrecemos una cocina chilena con toques internacionales y foco en los productos frescos del mar. Dentro de nuestra carta destacan el arroz vikingo, una especie de risotto con piure, el caldillo de congrio y el ceviche.
El turismo sostenible se ha convertido en una prioridad global. ¿Qué acciones concretas ha implementado el hotel para reducir su impacto ambiental?
Además del manejo responsable de los residuos y la colaboración con productores locales, nos hemos enfocado en concientizar sobre el cuidado del océano. Más allá de la ecología, entendemos la sostenibilidad como el retorno social, el estar en constante contacto con la comunidad a través de distintas iniciativas, como el reciente concurso fotográfico Concón en un instante, que tuvo un gran éxito; la primera Maratón de Concón, de la que somos socios estratégicos, y la visita de adultos mayores del Refugio de Cristo, muchos de los cuales nacieron en la zona.
LA IMPORTANCIA DE LOS DETALLES
Con rocas sacadas del mismo borde costero, durmientes reciclados y paneles solares, la arquitectura del hotel dialoga con el mar. No compite con el paisaje, lo amplifica. La presencia de piedra local y madera devuelve a la fachada una textura cálida y sólida; los tonos arena y la paleta neutra contribuyen a fundir el volumen con los acantilados y la arena. El concepto de kilómetro cero se extiende al abastecimiento de materiales y a la estrategia gastronómica que prioriza productos locales.
La atención del Radisson está en los detalles, como el marcapáginas —con ilustraciones de aves autóctonas de la zona— que entregan a los huéspedes como souvenir, o las bicicletas que ofrecen para pasear por el borde costero. Todo está pensado para brindar una experiencia memorable: las noches de música en vivo con Pancho Puelma y Mike Narr, los ciclos de cine documental, organizados por Cristóbal Vicente y Harken Jensen, o los domingos amenizados por el piano de Arturo Oxley.
“Procuramos generar un ambiente de paz y serenidad, con el mar como telón de fondo”, comentan.
De cara a fin de año, están preparando la llegada del 2026 con un concierto privado del connotado pianista Roberto Bravo para el 31 de diciembre. “Es un momento muy especial para nosotros. Desde hace algunos años tenemos el honor de ofrecer a nuestros huéspedes un maravilloso concierto del maestro Roberto Bravo acompañado de la voz de Andrea Cárdenas, para luego seguir con la cena y el brindis de medianoche en Terraza Blu”.





















