¿Cómo podemos sentirnos mejor, más en calma, más en nuestro centro, en medio de tanta incertidumbre?
El miedo es una de las emociones más contractivas que podemos sentir como seres humanos. Es la base de muchas otras emociones, tales como la vergüenza, la angustia, la desconfianza y la desesperación. Pero cuando aprendes a trabajar con tus miedos y a liberarte de esa energía base, toda tu realidad se transforma.
Lamentablemente, tenemos muy poca educación sobre qué hacer con las emociones que no nos gusta sentir en el transcurso de nuestras vidas. Y hacemos lo que podemos, que en estricto rigor es huir de lo que se siente incómodo y acercarnos a lo que nos hace sentir placer.
Sin embargo, esta estrategia es muy limitante. Y hoy por hoy, cuando el miedo es la emoción más predominante en medio de la pandemia mundial del coronavirus, aprender a procesarlo en ti, a liberarte de él de manera efectiva es lo más poderoso que podrías hacer para retomar el poder en tu vida.
Hoy te quiero regalar una metodología. La premisa es la siguiente: todo lo que no te permites sentir se estanca y todo lo que te permites sentir se libera.
Primero, encuentra un lugar donde puedas estar tranquilo/a por unos diez a quince minutos. Si quieres, puedes comenzar por escribir en un cuaderno una lista de todos los miedos que identifiques en ti. Desde los más presentes hoy en día a aquellos con los que has convivido durante toda tu vida. Puedo asegurarte que la lista puede ser larga.
Ahora, elige un miedo que sea predominante para ti hoy. Puede ser el miedo a quedarte sin dinero, a decirle tu verdad a esa persona, a sufrir, a fracasar en ese negocio que quieres emprender, a comenzar esa relación, etc.
Una vez que elegiste/identificaste tu miedo, observa dónde lo sientes en tu cuerpo, observa cómo se siente y dile: “Miedo, eres bienvenido acá”. Permítete sentir tu miedo de forma consciente. Si quieres puedes darle un color o una textura. Simplemente permítete sentirlo en tu cuerpo.
No es necesario que lo analices ni que lo enjuicies. “Miedo eres bienvenido acá”. Y observa qué sucede. Observa si se hace más grande, si cambia de lugar, si desaparece. La idea de este ejercicio es que te permitas sentir ese miedo sin la intención oculta de que desaparezca (porque eso es un juicio). Se trata realmente de sentir lo que no queremos sentir de forma incondicional.
Puedes cerrar este ejercicio invitando luz a tu cuerpo y retomar nuevamente después en el día o al día siguiente.
Algunos miedos demoran minutos; otros, semanas o meses, pero lo cierto es que cada vez que procesas tus miedos o emociones contractivas, aunque sea durante pocos minutos, te sentirás mejor.
Este es uno de los ejercicios más poderosos que puede cambiar completamente tu experiencia en este mundo. ¡Qué ganas de que cada vez más personas aprendan esta sencilla y poderosa manera de sentirse mejor al instante!
¡Todo el éxito y estamos conectados!
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