¿Es muy loco pensar que una pareja una vez al año prepare individualmente una evaluación de la relación, con los pro, los contra del último año y junto con comer rico y dormir bien en un lugar fuera de la casa, puedan compartir las evaluaciones y generar un plan emocional para el año que viene que incluya afectos, presupuesto, vacaciones, deudas y todo lo necesario para poder vivir una vida más plena y más consciente?
Para la gente que se mueve lejos del mundo empresarial, les cuento que la planificación estratégica es un evento que generalmente se hace una vez al año en toda empresa para analizar el presente y planificar el futuro que cubre a lo mínimo un año siguiente a la evaluación.
Este proceso se hace generalmente fuera de la empresa, en algún lugar agradable, donde los directivos comen rico y duermen bien pero trabajan mucho. En el mejor de los casos, se considera en el análisis a los trabajadores y sus necesidades y en el peor se ven los costos, ganancias e inversiones presentes y futuros. Es como que se decide “parar el tiempo” para analizar cómo estamos en el presente y hacia dónde vamos.
Siempre me ha llamado la atención como hacemos tanto esfuerzo para mantener nuestros trabajos y analizamos constantemente cómo mejorarlos y no tenemos el mismo enfoque en nuestros vínculos afectivos ¿Por qué no pensar en que una pareja, si tiene niños chicos y con adolescentes participando a ratos, realice una planificación estratégica de su vida en pareja, familia, etc.?
¿Es muy loco pensar que una pareja una vez al año prepare individualmente una evaluación de la relación, con los pro, los contra del último año y junto con comer rico y dormir bien en un lugar fuera de la casa, puedan compartir las evaluaciones y generar un plan emocional para el año que viene que incluya afectos, presupuesto, vacaciones, deudas y todo lo necesario para poder vivir una vida más plena y más consciente?
Sé que muchos que están leyendo esto se pueden estar riendo porque parece exagerado, pero considerando el fracaso de nuestras relaciones, creo que es fundamental empezar a pensar además del mundo laboral y del dinero en el mundo de las emociones que tan olvidado lo tenemos y tan analfabetos somos en nuestra forma de relacionarnos todos los días.
Recordarán en estas líneas algunos de los videos de YouTube, donde estamos trabajando en varios lugares el ejercicio cotidiano de expresar que cosas del día nos generan rabia, miedo, pena o tristeza y alegría. Esto para cambiar la forma rutinaria y sin contenido que tenemos para comunicarnos con nuestros hijos.
Este ejercicio es y podría ser la antesala de la planificación estratégica que las familias o las parejas puedan hacer por lo menos una vez al año y en el mejor de los casos dos, para poder detenerse fuera de la casa a escuchar la evaluación que tiene cada uno de los integrantes del vínculo, de la comunicación, de los gastos, planes y proyectos para que todos y cada uno se sientan partícipes y responsables de todo lo que ahí suceda puertas adentro.
Creo que sería maravilloso que así como los hoteles ofrecen espacios y tecnologías para realizar estos eventos los que, además incluyen espacios de descanso y rica comida y confort, comenzaran a ofrecer este mismo servicio a las familias para poder realizar una evaluación desde el alma y desde el mismo centro de la existencia. Hacer una evaluación desde el amor y desde la búsqueda de sentido, es el gran tema de este siglo.