Les tengo una mala noticia para los que creen que es muy tarde para emprender: según estadísticas, el 30% nace, o sea, nace con ese «bichito» emprendedor de tener su propio negocio. Generalmente, están con las antenas bien paradas para escuchar problemas y transformarlos en oportunidades. Si ese problema lo puedes solucionar, entonces tienes en las manos un posible negocio. La solución debe abordar una necesidad y tratar de impactar a tus clientes. El emprendedor que nace tiene ciertas características innatas, como la creatividad, la resiliencia y la propensión a asumir riesgos.
Ejemplos hay muchos y a diferentes niveles. Todos conocemos Airbnb, pero pocos saben de su historia real. Eran tres amigos que arrendaban un departamento en San Francisco, y uno de ellos se fue, quedándoles una pieza libre. La idea surgió cuando Chesky y Gebbia, enfrentando dificultades para pagar el arriendo, decidieron alquilar espacios en su departamento para asistentes a una conferencia de diseño, y como los hoteles estaban llenos , decidieron comprar unos colchones inflables y los pusieron en en arriendo por la noche. Crearon un sitio web llamado «AirBed & Breakfast» para ofrecer alojamiento temporal (Cama de Aire y Desayuno). Esa primera noche arrendaron los tres colchones inflables, ¡y lo demás es historia! Hoy están en más de 200 países y su valorización alcanza los US 85.000.000.
Pero vayamos a un ejemplo más aterrizado, que es el caso de mi primer negocio más formal, que no fue el “Kamikaze”, sino una fábrica de estuches ópticos. Yo, como buen hijo, acompañaba algunos días a mis padres a la Optica Italiana que tenían en pleno centro de Viña del Mar. Cuando llegaban ciertos clientes, yo ayudaba a mi papá a limpiar los cristales de los anteojos y a ponerles el famoso tornillo a una de las patas ….. Pero cuando él vendía los anteojos, siempre escuchaba que no tenía variedad de estuches; eran siempre los mismos estuches negros de un solo modelo. ¡Tate! Este problema lo voy a solucionar. Compré unos rollos de cuero sintético en “Caimi” y desarrollé varios modelos de estuches ópticos de diferentes colores, hice un curso de serigrafía y le vendí mis primeros estuches a mi padre. Al tiempo, mi producción era bastante mayor y terminé vendiendo a nivel nacional no solo estuches, sino pañitos impresos para limpiar los cristales. ¡Todavía recuerdo cómo llegaban los pedidos por fax! Así como esta historia, debe haber muchas, y la mayoría de los pequeños negocios nacen de solucionar problemas reales del día a día. Así que recuerden tener las antenas bien paradas y ver de qué forma pueden encontrar soluciones.
Pero así como nacen los emprendedores, también se hacen. El 70% se hace en el tiempo, a medida que aprendes en el trabajo actual, juntándote con más gente emprendedora y te alejes de la gente tóxica, que leas libros de negocios, que tengas buenos asesores y que entiendes lo importante que es tener ingresos adicionales. Hoy la economía es global y los sueldos van a la baja. Hoy, gente de cualquier parte del mundo puede hacer tu trabajo a bajo costo. Cuando pases los 55 años, cada vez será más difícil conseguir trabajo.
Emprender hoy es una necesidad, así que parte de a poco con algo que realmente te apasione y no esperes a tener el mejor producto; si no, nunca partirás. Y ojo con la Ley de Tarzán: no sueltes una liana mientras no tengas sujeta la otra. En simple, no dejes de trabajar en tu empleo actual hasta que ese emprendimiento te deje las lucas necesarias para poder solventar tus gastos actuales. ¡Ahí recién puedes optar por dejar el empleo!