De abogada a emprendedora, Francisca del Canto tomó el café como su santo grial y desarrolló diversos productos para la piel que hoy la tienen sacando cuentas alegres. Un dato no menor: en el pasado, cybermonday vendió más que su sueldo de todo un año como abogada. Y en sólo la primera hora. “Siempre quise crear una marca que fuera querida y que ayudara a muchas mujeres a sentirse power, libres y que amaran su piel, pero jamás imaginé estar donde hoy estoy”.
Por Macarena Ríos R./ Fotografías Javiera Díaz de Valdés y gentileza @kafibody
Alegre y resuelta, Francisca dice que lo más desafiante de estos nueve años ha sido enfrentar el llamado “síndrome del impostor”. “En los primeros años, todo giraba en torno a cuánto podría aguantar mi bolsillo y si realmente tenía sentido hacer lo que estaba haciendo. Vendía muy poco y con suerte me alcanzaba para “flotar” sobre el agua mes a mes. Mientras tanto, veía que mis compañeros de universidad cambiaban el auto, compraban departamentos y se iban de vacaciones. Así que muchas veces me pillé pensando ¿no será muy ridículo esto que estoy intentando hacer?, ¿seré capaz?”.
“Hoy no tengo ninguna duda de que seguir mi corazón era el camino correcto para mí; que finalmente todo esto era una buena idea, y volvería a recorrer este camino nuevamente sin pensarlo”.
Empezaste con un exfoliante, ¿cómo se te ocurrió y de qué manera lo implementaste?
Había renunciado hace unos meses a mi trabajo y no tenía muy claro qué iba a hacer con mi vida. Empecé un diplomado de Derecho Marítimo en la Universidad Católica de Valparaíso, ya que era un tema que siempre me apasionó. Y ¿quién sabe?, tal vez me ayudaría a reencantarme con el Derecho. Mientras estudiaba, investigué sobre un tema que había agarrado vuelo en Internet, en otros países: mujeres que habían logrado mejoras notorias en su piel, usando exfoliantes de café. Casos de éxito combatiendo celulitis, estrías y granitos. Yo siempre fui busquilla y me gustaba probar cosas nuevas, así que decidí hacer la prueba.
Fue probando distintas fórmulas, tomando el café como base. “No podía creer el resultado en mi piel. Se sentía tan suave, linda y luminosa y con olorcito a café después de la ducha. En ese momento me inundó el entusiasmo. Tenía que compartir esto con otras mujeres”.
No tenía experiencia en negocios. “Nadie en mi familia tenía experiencia. No tenía capital, ni contactos, ni acceso a ningún atajo. Mirando hacia atrás, me parece casi un milagro que eso no me haya detenido”.
Su papá y su marido la empujaron a dar el salto. “Y no hubo marcha atrás”.
“Las primeras unidades las hice en mi departamento y se las vendía a amigas y conocidas. Les encantó, así que seguí produciendo más. Hasta que busqué un laboratorio con experiencia en productos similares, hicimos los registros ISP y contraté la fabricación a ellos”.
Francisca todavía se acuerda de la primera compra que entró a su Shopify, su plataforma de venta online. “Era una completa desconocida, que había llegado por el marketing que estaba haciendo en Instagram. ¡Fue un momento de celebración!”.
¿Cómo ha sido tu camino como emprendedora?
Llena mi corazón todos los días. Además, es entretenido. Soy una persona que le encanta el contacto humano y Kafi Body me ha permitido no solo construir una comunidad que me acompaña, sino también fluir a mi ritmo, controlando mis horarios y pudiendo desarrollar otras áreas de mi vida que me interesan. Algunas mañanas puedo trabajar desde la playa o ir a surfear mientras mis hijos están en el colegio. Creo que sería una pérdida que hoy en día estuviera encerrada en una oficina, de nueve a cinco, revisando contratos.
Si tuvieras la oportunidad de dar marcha atrás, ¿hubieras hecho algo distinto?
En ese momento no sabía mucho y me tocó aprender harto, y creo que es inevitable esa curva de aprendizaje cuando uno quiere emprender. Pero sí hay cosas que me hubiera gustado descubrir antes; me habría demorado menos en buscar expertos en distintas áreas claves. Es un error que recién este año me quedó claro. Recibí un tirón de orejas de la mismísima Leila Hormozi, mientras estaba en un taller con ella y Alex Hormozi en sus oficinas en Las Vegas. Ella me dio uno de los mejores consejos: It’s not how. It’s who.
“Cuando se tiene un problema o una necesidad en la empresa, no se trata de buscar cómo resolverlo, sino quién puede resolverlo. De hecho, cuando volvimos a Chile decidimos contratar a expertos para que nos ayudaran a viralizar videos y mejorar nuestro alcance en Instagram. Es un tema que nos costó un montón por muchos años, pero con la ayuda de expertos, logramos cuadruplicar el alcance de nuestros videos orgánicos en redes sociales en los primeros sesenta días de aplicar sus metodologías. Valió la pena”.
¿Qué lecciones sacaste de ese curso de marketing y negocios?
La primera lección es que, aunque da susto dar el salto, vale la pena vivir estas experiencias con los grandes de este juego. Leila tiene un liderazgo asombroso que me ha inspirado mucho, y fue increíble poder recibir de ella tanto conocimiento. Además, recibí consejos de marketing de quien fuera el videógrafo de Gary Vaynerchuk, uno de los empresarios más famosos de las redes sociales; consejos de anuncios digitales de parte de uno de los “Paid Media Managers” de Starbucks; consejos de inversión del responsable del portafolio de empresas de Alex Hormozi; y del mismísimo Alex.
¿Cómo cambió tu visión de los negocios?
Puedo resumirlo en que hoy siento que todavía hay tanto espacio para crecer y camino por recorrer. En el taller éramos cincuenta empresarios. Varios de ellos vendían más de un millón de dólares al mes. Me di cuenta de lo pequeño que es todavía Kafi Body, pero también de lo grande que puede llegar a ser en muy pocos años. Volví a Chile con una nueva convicción: rodéate de expertos, rodéate de quienes han hecho varias veces lo mismo que tú quieres lograr, pero sin olvidar los fundamentos que me llevaron hasta aquí. No se trata solo de crecer en números, sino también en seguir enriqueciendo a nuestra comunidad playera mientras crecemos.
¿Qué productos tienes actualmente?
Uy, qué linda pregunta, es como cuando le preguntan a una mamá por sus hijos. Y es que casi los siento así. Nuestro producto más vendido es el Mousse Autobronceante Kafi Body. Para el rostro tenemos una Crema Autobronceante. Si la crema que usas todas las noches no te broncea, puedes tirarla a la basura. Porque la de Kafi Body no sólo hidratará tu piel y la cuidará, con su ácido hialurónico, extracto de café y Aloe Vera, sino que también te irá bronceando progresivamente. Ahora que viene el verano, nuestros bronceadores chocolate empiezan a volar de nuestras bodegas. Es el arma secreta de las playeras para agarrar color al tomar sol. Ha sido nuestro best seller durante siete años. Por otra parte, los clásicos de siempre nunca han dejado de agotarse: el Exfoliante Kafi Body y el Aceite Reparador para el pelo. Hay ediciones limitadas que no alcanzan a durar ni un mes: como el Iluminador Corporal que lanzamos en diciembre del año pasado y que se agotó antes de la Navidad. Y para este verano prometo que tendremos más sorpresas.
¿Qué se necesita para emprender?
La capacidad de postergar la recompensa, tener paciencia, vivir austeramente, sembrar hoy y estar preparada para cosechar en mucho tiempo más. Un deseo que te motive a saltar de la cama, poner el sudor y “recibir golpes”. Uno que vaya más allá de ganar plata. Si lo haces sólo por la plata, probablemente no lo lograrás. Tiene que haber real entusiasmo y amor por el proceso.
¿Qué se viene para más adelante?
Estoy trabajando en un proyecto para aumentar nuestro alcance y relevancia en redes sociales. Quiero sumar también a más gente a nuestra comunidad de amigas de la marca, gente que me ayude a contarle a otras sobre Kafi. Tenemos el desafío de escalar también nuestra capacidad de logística e inventario, para soportar el crecimiento de la demanda.