DAHMER. MONSTRUO: LA HISTORIA DE JEFFREY DAHMER / LAS CINTAS DE JEFFREY DAHMER. NETFLIX
¿Es posible sentir alguna clase de compasión por un asesino en serie? Jeffrey Dahmer mató, descuartizó, cometió necrofilia y canibalismo, junto con conservar los restos de varias de sus diecisiete víctimas, la mayoría jóvenes afroamericanos gays, entre fines de los setenta y comienzos de los noventa. La reacción a esta orgía con los ribetes más brutales —taladraba cráneos en un intento por crear zombis—, es la desazón, el desprecio y el deseo de justicia. En el caso de Dahmer, una condena a cadena perpetua en Wisconsin, el mayor castigo posible en ese estado.
La serie dramática Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer y el documental por capítulos Las cintas de Jeffrey Dahmer funcionan en carriles distintos y complementarios, en un intento por descifrar cómo un ser humano explora la barbarie y el sadismo.
El drama creado por Ryan Murphy (American horror story) junto a Ian Brennan (The Politician), enfatiza el trauma de la separación de sus padres profundizando el ánimo de abandono —de ahí a conservar y profanar cuerpos—, la homosexualidad en conflicto, tempranos problemas de alcoholismo y la compleja relación con su padre. La serie también explicita la desidia de la policía y los prejuicios raciales ante distintas alertas —Dahmer era un anglosajón rubio en un barrio de negros empobrecidos—, que impidieron detener mucho antes la seguidilla de asesinatos.
Las cintas de Jeffrey Dahmer, que presenta las conversaciones grabadas con su abogada, ahonda en el impacto que implicó en funcionarios de la justicia y el orden lidiar con el caso y la personalidad del asesino, dispuesto a colaborar apenas fue apresado.
La serie también permite apreciar los detalles en que el drama se ajustó a la realidad y las licencias. Una de los más notorias es el acento del actor Evan Peters para encarnar a Dahmer, que difiere del verdadero hablar del asesino. No hay morbo ni excesos en ambas realizaciones, a pesar del calibre del caso, con una lectura subyacente. Jeffrey Dahmer fue un monstruo que no soportaba la soledad.