Tu marca personal es una herramienta viva. Evoluciona contigo y está bien que así sea. Tú decides si entras al 2026 liviano, con claridad y en versión actualizada… o desde versiones pasadas que ya no te representan.
Diciembre siempre nos empuja a hacer balances, pero pocas veces hacemos el más importante: el inventario de nuestra marca personal. Así como las empresas revisan números, procesos y campañas, también necesitamos evaluar qué de nuestra marca sigue representándonos… y qué cosas ya no más.
A lo largo del año cambiamos, crecemos y mutamos (a veces más de lo que queremos admitir). Pero muchas veces seguimos comunicando desde una versión antigua de nosotros mismos, una que ya no calza con lo que hacemos hoy. Y ahí la marca empieza a quedarse chica o a ser inconsistente.
El inventario es simple:
¿Qué funcionó y quiero potenciar?
¿Qué ya no me identifica y debo soltar?
¿Qué oportunidades nuevas tomé y debo incorporar el 2026?
¿Qué quiero crear o incorporar en 2026 para acercarme a la versión que estoy construyendo?
Soltar no es fracasar, es estrategia. Permitirte dejar atrás mensajes, servicios, tonos o formatos que ya no te suman, abre espacio para nuevas oportunidades.
Tu marca personal es una herramienta viva. Evoluciona contigo y está bien que así sea. Tú decides si entras al 2026 liviano, con claridad y en versión actualizada… o desde versiones pasadas que ya no te representan.
