Mario Rojas: Arquitectura histórica

ilustrador

Con diversas exposiciones en la capital, Francia y Alemania, sus ilustraciones buscan rescatar y poner en valor nuestra arquitectura histórica en gloria y majestad. “Mi obra va más allá de ser un objeto artístico, pues busca conectar a las personas con su propia memoria, a través de la representación de estos inmuebles que han sido parte de su vida”. 

Por Macarena Ríos R./ Fotografías Javiera Díaz de Valdés

Cercano, el pelo revuelto y con varios bocetos bajo el brazo, Mario Rojas se acerca con una sonrisa. El escenario para esta entrevista es en Lo Matta Cultural, donde recientemente expuso su última exhibición Ciudad ilustrada. En ella inmortalizó, en veinticuatro ilustraciones, cerca de trescientos años de arquitectura histórica capitalina, desde fachadas coloniales y de la época republicana, a otras de corte Beaux-Arts y estilo vanguardista. Una pasión que se conjuga a la perfección con su rol de restaurador y conservador de bienes culturales.

¿El propósito? Rescatar el oficio del dibujo hecho a mano siguiendo los mismos trazos del arquitecto creador de cada una de las obras.

¿Qué te llamó la atención del patrimonio?
Su fragilidad. Mi obra empezó como un registro para mi trabajo, yo soy conservador y restaurador, y me he dedicado años a rescatar e investigar edificios históricos. Desde ahí sentí que necesitaba dejar un registro de estos inmuebles, para generar una concientización de la importancia que tienen en nuestras ciudades.

¿Tuvieron algún tipo de influencia tus padres en lo que hoy haces?
Yo creo que sí, porque nunca me restringieron, siempre apoyaron y potenciaron mis espacios, mis tiempos y mi gusto por el dibujo. Eso es muy importante para poder crear libremente y buscar tu camino. Con mi papá iba al centro a mirar edificios antiguos, y mi mamá me mostró cómo dibujar. Todos los hermanos nos hemos vinculado con algún grado artístico.

¿Tienes referentes?
Me gusta mucho la arquitectura francesa que se expandió por el mundo a través de los egresados de la École de Beaux-Arts de París en el siglo XIX, especialmente a quienes llegaron a Chile para cambiar nuestro país, como Paul Lathoud.

PATRIMONIO ILUSTRADO

Mario admira a los arquitectos y dibujantes del pasado. “Tengo una fascinación por arquitectos de todas las épocas, desde el Renacimiento al Neoclásico, pasando por el Modernismo y hasta el Brutalismo. Me encanta Palladio, el francés Jacques Gabriel, Sabatini; también Víctor Horta u Otto Wagner, y chilenos como Cruz Montt o Emilio Duhart”.

¿Qué te llamaba la atención de ellos?
Me daba curiosidad ver tantos estilos diferentes, y eso me motivó a investigar sobre arquitectura, historia del arte, historia de Chile, y así, empezar a sumergirme en cientos de temáticas relacionadas con la sociedad, el arte, la historia y el patrimonio.

¿Cuál es el mensaje que buscas entregar con tus ilustraciones?
Me interesa vincular a las personas con el patrimonio, que el edificio dibujado te transporte a un instante de tu vida, conectar con tu memoria, y desde ahí poder visibilizar, valorar y difundir el patrimonio.

Usa reglas para formar los edificios. “Es un proceso largo, primero investigo el inmueble, luego hago un boceto en grafito con reglas y compases, luego lo paso a tinta y, posteriormente, ilumino el dibujo con una aguada de acuarela”.

Se toma su tiempo en cada dibujo, en cada ventana, en cada ornamento y columna, como si quisiera extraer el sello de cada edificio y rescatar su esencia original, tal como fueron concebidos por los arquitectos.

¿Cuánto te demoras en una obra?
Depende de la complejidad y el tamaño del edificio. Nunca me he demorado menos de un mes en uno, y hay otros que me han tomado hasta cinco meses de trabajo. Todos tienen su grado de desafío, pero recuerdo que fue titánico hacer la Catedral de Santiago.

¿Qué es para ti el patrimonio?
Una pasión, un compromiso y una responsabilidad. Creo que el patrimonio nos convoca a todos, y es necesario rescatarlo de diferentes maneras, y mis dibujos son un grano de arena para lograr su conservación.

¿Qué legado esperas dejar?
Me encantaría pensar que mis dibujos, en el futuro, serán un registro. Y que, en cien años más, algún otro Mario Rojas, fascinado por la arquitectura antigua, pueda usarlos para investigar, dibujarlo o tenerlo de referencia para iniciar su restauración.

¿En qué estás ahora?
Estoy abocado a algunos encargos de clientes, pero también produciendo una nueva serie de Edificios Modernos de Santiago y, también, concentrándome en dibujar monumentos de otros países, como el Rascacielos Chrysler de Nueva York o la Ópera Garnier de París.