El valor del capital humano: la importancia de invertir en el talento de las pymes

Por Alejandra Mustakis, emprendedora y empresaria chilena.

En el competitivo mundo de las pymes, la clave del éxito no reside únicamente en la innovación tecnológica o en la capacidad de adaptación al mercado, sino que en el verdadero motor de toda empresa: su capital humano.

 Tres de cada diez chilenos, entre dieciocho y sesenta y cuatro años, comenzaron un nuevo proyecto en el último periodo, de acuerdo con los resultados de la última encuesta “Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2023-2024: 25 years and growing”, reporte que analizó a 49 economías a nivel mundial y que afirma que la actividad emprendedora local está cada vez más activa, posicionándonos como el cuarto país más emprendedor a nivel global.

Hoy en día, invertir en el talento de los colaboradores no sólo impulsa la productividad y la eficiencia, sino que también fortalece la cultura organizacional y fomenta un ambiente de trabajo más colaborativo y motivante a nivel personal y profesional. Según el estudio de 2023 del Foro Económico Mundial, titulado Preparación futura de las pymes: movilizando al sector para impulsar la sostenibilidad y la prosperidad generalizadas, las pequeñas y medianas empresas más preparadas para los retos son aquellas que (1) crecen financieramente, (2) impactan de forma positiva en la sociedad y el medio ambiente y (3), responden con éxito a las complejidades que surgen de la disrupción constante. Y para lograrlo, algunas habilidades clave son la agilidad organizacional, la capacidad de innovar, la orientación hacia la sostenibilidad, el fortalecimiento de la cultura interna y el apoyo integral a los miembros de la compañía.

Sin embargo, la mayor parte de los emprendedores está enfocado 24/7 en el desarrollo y crecimiento de sus negocios, con poco tiempo y recursos para dedicar a otras funciones. La necesidad de invertir en capital humano sigue siendo esencial, pero quizás sea más efectivo optar por caminos alternativos como, por ejemplo: almuerzos mensuales con mentorías en áreas claves, charlas con emprendedores invitados destacados en el área o sinergia junto a otras pymes para compartir e intercambiar conocimientos.

Sobre este último aspecto, un punto a favor para las pymes es su tamaño, ya que al ser más pequeñas que una empresa tradicional, pueden aprovechar este factor para

ser más ágiles y reaccionar más rápidamente a los cambios. En las pymes, la comunicación fluye más directa entre áreas y líderes, lo que aumenta la colaboración y alineación al resolver problemas. Incluso es más fácil realizar encuentros grupales, conversaciones uno a uno, resolver dudas e impulsar cualquier tipo de iniciativa que vaya en beneficio de las personas.

Cuando fomentamos un entorno donde se valoran las habilidades y conocimientos de cada colaborador, se promueve la innovación y se impulsa la creatividad, elementos esenciales para la diferenciación en el mercado. Además, un equipo bien capacitado y motivado se traduce en un mejor servicio al cliente y en una mayor capacidad para adaptarse a los cambios del entorno empresarial. Las empresas y emprendimientos que entienden esta dinámica y actúan en consecuencia, están más preparadas para construir una base sólida de éxito y crecimiento sostenible. Por ello, hay que entender que el capital humano es el corazón de toda pyme, y su desarrollo asegura un futuro más positivo y lleno de oportunidades.