Iván Morovic: Ajedrez para todos

Desde los nueve años practicando ajedrez, el viñamarino Iván Morovic se ha dedicado toda su vida a estudiar y perfeccionar estrategias, pero también a enseñar a otros sus conocimientos y dictar charlas empresariales. Con una gran trayectoria deportiva que incluye ser medallista olímpico, el título de Gran Maestro Internacional y ser el único chileno ganador del “torneo más fuerte del mundo” (Las Palmas, España), durante el 2023 abrió el primer Chess Center de la Región de Valparaíso y de Viña de Mar.

Por María Inés Manzo C. / Fotografía Javiera Díaz de Valdés

“Desde pequeño fui muy competitivo, a los nueve practicaba atletismo y jugaba fútbol, hasta que mi papá llevó a nuestra casa un tablero de ajedrez y le pedí que me enseñara a jugar. Esto a raíz de que se estaba disputando ‘El Match del Siglo’ por el campeonato del mundo (1972) entre el campeón Boris Spasski y Bobby Fischer. Desde allí me hice fanático y dejé todo lo demás”, recuerda Iván Morovic Fernández, Gran Maestro Internacional de Ajedrez (título máximo que otorga la federación internacional).

Mejor deportista del ajedrez (2002 y 2009), otorgado por el Círculo de Periodistas Deportivos de Chile y presidente de la Federación Nacional de Ajedrez de Chile (2007 a 2011), su carrera y pasión por este deporte lo consagró como el mejor ajedrecista de Latinoamérica y se le considera el mejor jugador de Chile de todos los tiempos.

“Empecé a jugar en el Club de Ajedrez Everton. Al principio —como era amateur y no sabía de estrategia— me ganaban, pero me compré mis primeros libros, me puse a estudiar mucho y le fui ganando a todo el club. Ya con once años jugaba partidas simultáneas de ajedrez y mi carrera surgió rápidamente”, agrega.

¿Qué hitos te marcaron en esa etapa?
Con doce años ingresé al Club de Ajedrez de Chile, que sigue siendo el más grande del país. Allí conocí a Pedro Donoso, maestro de ajedrez, que fue mi entrenador y uno de los mejores jugadores que hemos tenido en Chile. Lo desafié en una partida rápida y, frente a la sorpresa de toda la federación, le gané. De ahí en adelante, siempre estaba dentro de los mejores e ingresé a la categoría de honor del club (1975), pero reconozco que, además del estudio, tenía facilidades y condiciones para el juego.

¿Qué se necesita para jugar ajedrez?
Lo más importante es que te guste mucho; cuando haces las cosas con ganas y pasión, por supuesto, tienes más posibilidades y ese fue mi caso. A corta edad tuve la oportunidad de jugar contra Kaspárov, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, incluido el primer campeonato del mundo en Francia (1976), donde empatamos.

En ese tiempo era más difícil poder viajar al extranjero…
Mil veces más difícil, era todo más complicado, sobre todo desde Sudamérica. Yo tuve la suerte de representar a mi país, muy orgulloso, a los trece años, en el primer mundial. Fui tercero en el mundo en menores de veinte años, campeón panamericano juvenil, medallista olímpico. Enfrenté en match, dos veces, al vicecampeón del mundo Víktor Korchnói… aunque me ganó el primero, yo gané la revancha. Con Boris Spasski empatamos, con Anatoly Kárpov jugamos muchas veces, incluso llegué a ser su entrenador. Historias como esa te marcan toda la vida. Tuve la suerte de enfrentar a los grandes jugadores rusos y he estado con la elite del ajedrez mundial.

Sin duda tu desafío más importante fue en el Torneo Internacional Categoría XVI de Las Palmas…
Sí, fue el momento peak de mi carrera. En el año 1993 gané “el torneo más fuerte del mundo” en España, superando a los campeones Anand (India), Khalifman (Rusia) y Topalov (Bulgaria), entre otros grandes del ajedrez… hasta ahora he sido el único chileno en logarlo. Es más, hay muy pocos sudamericanos que han llegado a instancias como estas. Si bien hay jugadores que tienen el mismo o más talento que los europeos, tenemos menos oportunidades, federaciones más débiles, menos acceso a torneos internacionales.

Hay menos apoyo…
Sí, es menos popular el ajedrez, a pesar de que se juega en muchos colegios, hay menos clubes, organización, y también los torneos y prácticas magistrales se realizan en Europa, eso ya es una desventaja. Con Rusia, por ejemplo, nos enfrentamos a un país que da mucho apoyo económico a sus jugadores. Son fanáticos (a tal punto que lo utilizaron como herramienta política) y les otorgan incentivos desde que son niños. Pero esa falta de apoyo que hay en Chile, lamentablemente, ocurre en casi todos los deportes.

“Gran parte de mi vida he tenido la fortuna de difundir el ajedrez, y uno de mis grandes aliados ha sido Soprole. Hace veintisiete años hacemos en conjunto simultáneas de ajedrez en colegios, en todo Chile. Esto les ha dado la oportunidad a muchos niños a dar sus primeros pasos en ajedrez, otros compiten en torneos, e incluso los que han ganado finales organizadas por Soprole, han sido jugadores del equipo olímpico chileno. Así que estoy muy agradecido de su compromiso”.

SUEÑO DEPORTIVO

Sigo participando activamente en campeonatos. Jugué el Mundial Senior a fines del 2023, estuve a punto de ganarlo el 2019, un año antes de la pandemia y, también, el 2022. El año pasado iba primero, pero por temas médicos quedé quinto; lamentablemente me dio una fuerte fiebre en la fase final del torneo. Este año, si se dan las condiciones, podría jugar de nuevo. Me gustaría ganar ese título del mundo para Chile. Estoy en eso, ese es mi sueño por cumplir”.

¿Cómo es hoy tu preparación?
De la mano de la tecnología, que además de facilitarme información, la computadora ayuda a mejorar tus líneas de juego, por ejemplo. Además, puedes enfrentar online a jugadores competitivos de todo el mundo, practicar aperturas… algo impensado cuando comencé. En el ochenta y cinco jugué en Túnez y viajé con dos maletas con sesenta kilos de libros ¡imagina hacer eso ahora! Hoy puedes llevar en tu laptop millones de partidas.

“Creo que la gran ventaja de la tecnología es que todos pueden estudiar por igual. Puedes mejorar, practicando todos los días, pero no es suficiente; el entrenamiento con piezas y en un tablero real, con un oponente humano no tiene comparación”.

El ajedrez siempre ha ido adelantado a su época, como el caso de “El Turco”…
Sí, ese es un caso súper interesante, que me encanta, y que lo cuento en mis charlas. Está directamente relacionado con lo que significa para el ajedrez la computadora y la inteligencia artificial. Después de la primera mitad del siglo XVIII, apareció una peculiar máquina llamada “El Turco” que “sin intervención humana” fue capaz de derrotar en una partida a Benjamín Franklin y detectar una trampa del mismísimo Napoleón… ante ello la gente cayó en pánico, ante este aparato desconocido, de la misma forma en que hoy ve con temor la llegada de la IA. Pero sin duda, si se trabaja responsablemente, creo que puede ser muy positiva.

MÉTODO MOROVIC

Hace años Iván creó un método en conjunto con la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez. El método Morovic: la estrategia del ajedrez aplicada a los negocios y ha trabajado con equipos de diversas empresas y grupos de hasta cien personas.

¿Cómo se puede aplicar en términos prácticos?
Los empresarios, sin saberlo, están jugando una partida de ajedrez y necesitan conformar un equipo (las piezas), cómo quieren jugar, dónde quieren posicionarse, cuál es su competencia (su rival), qué piezas van a ir en qué posición, etc. Por ejemplo, un ejecutivo que está mal o menos valorado, a lo mejor es una pieza mal ubicada. Por otro lado, hay profesionales que son lógicos e intuitivos, estrategas y tácticos al igual que los jugadores. El objetivo es desarrollar ambos lados para ser exitoso en lo que te propongas.

“Este es un juego de estrategia y táctica pura y, desde ahí, puedes aplicarlo a cualquier actividad, no así otros juegos o disciplinas. El ajedrez ayuda a planificarte, porque muchas veces no tomamos decisiones pensantes, sino que por instinto. Pero la primera jugada no es necesariamente la mejor, hay que analizar todas las opciones”.

CHESS CENTER

El 2023, Iván tomó un nuevo desafío y decidió abrir su propia academia de ajedrez: el primer Chess Center Viña del Mar y de la Región de Valparaíso bajo el eslogan “ajedrez para todos”, ya que no es necesario tener conocimientos previos. “Tengo una vecina de ochenta y tres años que aprendió desde cero a mover las piezas. El ajedrez es para toda edad y categoría. Es un juego muy fácil de aprender”.

Ubicado en 4 Norte 415, dicta clases individuales los lunes, miércoles, jueves, viernes y sábado, también ofrece la opción de clases en Santiago los días martes (Alonso de Córdova 3788, Vitacura). Además, los sábados realiza torneos para sus alumnos. “Mi enseñanza no es competitiva, sino formativa. Vienen muchos niños y adultos que encuentran en el ajedrez un momento de entretención, de análisis, de conocerse a uno mismo, de mejorar la toma de decisiones. Ahora, si hay un niño que tiene condiciones extraordinarias y puede competir, vamos a potenciar ese talento”.

¿Y eso lo puedes detectar en un primer juego?
Sí, si un niño tiene condiciones se puede apreciar rápidamente. En general, el ajedrez es muy positivo, ayuda a mejorar los estudios, el rendimiento en el colegio, distintas habilidades.

A la gente mayor le ayuda para la memoria…
Así es. Hay datos duros que indican que es preventivo de enfermedades degenerativas como el Alzheimer. No se conocen ajedrecistas que tengan esta enfermedad y por eso se recomienda tanto desde la infancia. La práctica, sin duda, te ayuda en tu día a día, en la toma de decisiones, mantenerte activo mentalmente. Siempre organizando, planificando, tratando de cometer menos errores y lograr más aciertos. Ese es un poco el principio del ajedrez. Su filosofía, por esencia. Este es un juego de decisión.

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