En un entorno privilegiado entre bosque, campo y mar, Taka sorprende como un verdadero oasis en la localidad costera de Matanzas. Cada espacio de este hotel fue creado con gran dedicación, lo cual también se transmite en un servicio de excelencia. Sin duda, una invitación para disfrutar de los cinco sentidos.
Cuando los proyectos nacen por pasión se nota, y esa es parte de la esencia de Taka, un emprendimiento del arquitecto Roberto Carrasco, junto a la periodista Vanessa Amon. Motivados por su afición al windsurf, decidieron abrir su propio hotel en Matanzas —comuna de Navidad, Región de O’Higgins— con una mirada sustentable y social.
“Matanzas es la mejor playa del hemisferio sur para hacer windsurf en ola y era un lugar en el que soñábamos vivir. Armamos el Taka prácticamente nosotros (nombre en honor a una maniobra de windsurf), con el apoyo de trabajadores de la zona. Lo construimos entre el estallido social y la pandemia con mucho esfuerzo, hasta lograr el concepto que queríamos: un espacio para la desconexión y encuentro con la naturaleza. En diciembre del 2024 cumplimos cuatro años y, desde que abrimos, hemos tenido un excelente recibimiento”, cuenta Vanessa Amon.
Reconocidos por American Express el año 2023 como uno de los 11 mejores nuevos hoteles boutique del mundo y en varias ocasiones dentro de los mejores hoteles por Chile Adicto, Taka es único en su clase, ya que aquí puedes encontrar la combinación perfecta entre bosque, campo y mar. Un destino mágico que recibe todo el año a turistas nacionales y extranjeros. A menos de dos horas y media de Viña del Mar y Santiago, es perfecto para escapadas románticas, con amigos y vacaciones familiares.
Pero eso no es todo, ya que también realizan eventos corporativos (tienen espacios perfectos para team building y coworking); y matrimonios donde los novios reciben una completa asesoría que incluye desde el wedding planner hasta la banquetera. “Nuestros matrimonios son muy entretenidos. Hacemos muchos eventos de tres días, donde los novios invitan a sus familias y amigos a compartir con ellos la previa, la celebración y luego el descanso”.
EXPERIENCIA TAKA
“El Taka se encuentra en un amplio terreno que bordea un poco más de una hectárea y media. Cuenta con 21 habitaciones que incluye un exquisito desayuno buffet y nuestro famoso Taka Sour de bienvenida. Hay 10 habitaciones con vista al jardín, 10 con vista al mar y un loft familiar. Nos centramos mucho en la Experiencia Taka, es decir que los huéspedes disfruten con los cinco sentidos. Si bien estamos a sólo dos minutos en auto de la playa central, no nos consideramos un hotel únicamente de playa, pues aquí también puedes disfrutar del bosque, con ovejas a tu alrededor, un huerto y preparaciones de campo”.
Con amplias áreas comunes destacan sus piscinas (una para adultos y otra para niños), hot tubs, bar, fogones, anfiteatro, biblioteca, sala de juegos, spa, restaurante, cancha de vóleibol, un mirador y amplios jardines que encantan por un paisajismo respetuoso que conservó la vegetación de la zona y con plantas de bajo recurso hídrico. Además de una preciosa arquitectura minimalista, con toques playeros, y que juega de manera armoniosa con el entorno.
Tienen una gran variedad de actividades para grandes y chicos…
Sí, ofrecemos distintas actividades gratuitas como clases de yoga, escalada, marshmallows en los fogones o cine bajo las estrellas en el anfiteatro. Todos los sábados tenemos sesiones de jazz y también los invitamos a recolectar hierbas y verduras a nuestro huerto. Esos mismos ingredientes los usamos en el restaurante y en el bar. Todo eso se complementa con la gran variedad de actividades deportivas que se pueden hacer alrededor como surf, windsurf, kitesurf, paseos en bote desde la desembocadura del río Rapel, cabalgatas, mountain bike, parapente, entre otros.
TRIPLE IMPACTO
“Ideamos el Taka bajo el eslogan de Empresas B: No somos la mejor empresa del mundo, sino que la mejor empresa para el mundo. Contamos con un cargador para autos eléctricos y una planta de tratamiento, donde reciclamos el 100% de las aguas negras. Con ello hacemos el riego del perímetro de los jardines, también rescatamos las aguas grises para regar los jardines interiores. Trabajamos con emprendedores locales, desde la persona que hace los amenities (champús, acondicionadores y jabones sin químicos), hasta la señora que nos prepara el pan amasado, los kuchenes o la mermelada”.
Se involucran con la comunidad…
Así es, una de nuestras políticas es que realizamos muchas actividades con las escuelas de la zona. Los invitamos a nuestras piscinas a nadar y después a la playa a realizar actividades deportivas. Por otro lado, todos nuestros colaboradores y trabajadores son de aquí. Y algo no menor es que nuestro hotel tiene accesibilidad universal, algo que ha sido muy valorado también por personas con movilidad reducida, personas de la tercera edad y familias que traen coches.
¿Qué destaca a su equipo de trabajo?
Somos un equipo joven y muy cercano, ese es nuestro sello. A la gente le encanta que el Taka sea atendido por sus propios dueños. Junto a nosotros trabaja un equipo de 35 personas que aumenta en temporada alta. Todos estamos enfocados en el servicio y ofrecer la mejor experiencia posible.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Al lado del hotel acabamos de inaugurar el Jardín del Sol Taka, un jardín comunitario inspirado en los geoglifos del desierto de Atacama y con un trazado circular como el sol, que incluye especies nativas, una huerta, un anfiteatro con cascada de agua por niveles y fogones. Es ideal para realizar eventos como conciertos, matrimonios y ceremonias. Invitamos a la gente a desconectar, para así conectar con la naturaleza y las bondades de la Región de O’Higgins.
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