En el mes de diciembre, asistí a la última reunión mensual del año de mi curso en el Club Naval de Valparaíso. Egresado el año 1953 ya son más de sesenta y siete años y siempre surgen anécdotas nuevas al recordar gratamente nuestro tiempo de cadetes navales.
También me permite recorrer mi viejo “Pancho”, como le decimos cariñosamente a Valparaíso, que últimamente no lo ha pasado muy bien, se ha defendido honorablemente, ayudado lógicamente por sus habitantes, ahora más porteños que nunca.
Dos arquitectos italianos jóvenes Arnaldo Barinson y Renato Schiavon, decidieron viajar a Chile a fin de ayudar a la reconstrucción de Valparaíso, luego del terremoto del año 1906. Ambos se integraron a la numerosa colonia de italianos residentes y de sus trabajos conocidos tenemos la Biblioteca Severín, Palacio Baburizza, y el Teatro Victoria.
Su arquitectura en sus más de cuarenta cerros, unidos por el Camino Cintura, sus trolebuses y ascensores que facilitan el acceso a los cerros permite que nuestro “Puerto” sea único, además de ser “Patrimonio de la Humanidad”. La canción “La Joya del Pacífico” con letra de Lucho Barrios expresa lo que sentimos por Valparaíso, dice en parte:
“Del Cerro Los Placeres yo me pasé al Barón me vine Cordillera en busca de tu amor
te fuiste al Cerro Alegre y yo siempre detrás
porteña buena moza no me hagas sufrir más la Plaza de la Victoria es un centro social o Avenida Pedro Montt como tú no hay otra igual más yo quisiera cantarte con todito el corazón Torpedera de mi ensueño, Valparaíso de mi amor”.