«Bien, todas las cosas buenas deben llegar a su fin», declaró Pete Townshend, el líder de The Who, a comienzos de mayo. La legendaria banda británica, creadoras del power pop de poderosos acordes y estribillos memorables, y de la ópera rock con el monumental Tommy (1969), anunciaba así su despedida de los escenarios.
En un inicio, la gira sólo cubriría Norteamérica. Europa y la propia Inglaterra quedaron fuera. El cantante Roger Daltrey se quejó de las dificultades de itinerar en el viejo continente, debido a las tramitaciones y costos por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Daltrey, como la mayoría de los adultos mayores británicos, votó a favor del Brexit.
En el negocio de la música, The Who institucionalizó la gira de despedida. En 1982 anunciaron, tal como ahora, un adiós por Norteamérica con The Clash como teloneros. Un año después Townshend anunció el fin definitivo, pero antes que acabara la década se habían reunido dos veces.
Hubo otras hazañas en la bitácora de The Who, algunas dudosas a la distancia del tiempo, que delinearon el ADN del rockstar. Fueron pioneros en destruir hoteles, consumían drogas como si fueran chicles, y solían pelear a puñetazos. Hacia 1976 registró el concierto más ruidoso del planeta, inscrito en los récords Guinness. El volumen a tope durante años les pasó la cuenta, dañando las capacidades auditivas de Pete Townshend y del fenomenal bajista John Entwistle, que ocultó su sordera leyendo los labios.
En 1978, Keith Moon murió alcohólico. El influyente baterista tenía apenas treinta y dos años. En 2002, Entwistle falleció de un infarto en medio de una juerga con cocaína. Tenía cincuenta y siete.
The Who dice adiós acorde a su tradición de polémicas y contradicciones. El 16 de abril despidieron al baterista Zak Starkey, hijo de Ringo Starr. A los tres días, Pete Townshend habló de un malentendido anulando su salida, hasta que, en mayo, lo apartaron definitivamente. Starkey comentó que Ringo se había referido a Roger Daltrey como “ese hombrecito”, en alusión a su baja estatura.
El cantante de ochenta y un años y el guitarrista de ochenta se retiran con el volumen al máximo, peleando y cambiando de parecer de un momento a otro como veinteañeros. Daltrey le dijo a Starkey que estaba atento a un llamado de vuelta. “Estos tipos están locos de remate (…) y tienen una adicción a la fricción”, declaró Zak a Rolling Stones. “Son The Who, la banda más loca que ha existido”.