Iovanca Ilijic: Demencias, Alzheimer y familia: cuando la terapia es clave

La psicogerontóloga y especialista en estimulación cognitiva de adultos mayores, Iovanca Ilijic, ayuda, con ejercicios prácticos y diversas actividades, a estimular la neuroplasticidad y el bienestar de sus pacientes. “Hoy, mi labor es acompañar, contener y promover el bienestar cognitivo y emocional en las personas mayores y sus familias. Porque envejecer no es perder capacidades, sino transformar la manera en que las usamos”.

Durante su formación como psicopedagoga, Iovanca comprendió que esta disciplina no solo consistía en evaluar, diagnosticar y prevenir dificultades del aprendizaje, sino también en adaptar los conocimientos y orientar los procesos para que cada persona desarrolle su máximo potencial. “Fue entonces cuando me hice una pregunta que cambió mi rumbo profesional: ¿Por qué no aplicar estos principios cognitivos también al adulto mayor? Así, desde mi primer año de carrera comencé a trabajar con adultos mayores, cuando todavía poco se hablaba de “estimulación cognitiva”. Fui adaptando materiales, actividades y estrategias hasta convertirlas en verdaderas herramientas de acompañamiento”.

Su seminario de título lo realizó en un centro de atención pública para adultos en situación de abandono social, “una experiencia profundamente humana que me marcó y me impulsó a seguir perfeccionándome”. Con el Diplomado en Psicogerontología en la Universidad Católica, comprendió la importancia “de integrar a la familia en los procesos de envejecimiento y promover el bienestar emocional y psicológico, tanto del adulto mayor como de su entorno familiar”.

Se especializó en Alzheimer y otras patologías asociadas a demencias, centrando su labor en la capacitación de cuidadores y el acompañamiento familiar, “para ayudarles a comprender el diagnóstico, gestionar las emociones y mantener la calidad de vida del paciente y del entorno”.

“Con el tiempo, decidí especializarme aún más y me diplomé en Gerontogeriatría. Esta formación me permite, junto a una correcta y completa valoración geronto-geriátrica integral, considerar los factores protectores (actividad física, alimentación saludable, vínculos afectivos) y los factores de riesgo (depresión, soledad, enfermedades crónicas), derivar al especialista clínico adecuado y seguir en paralelo trabajando con el diagnóstico cognitivo que esté presente, ya que existen también las llamadas “demencias reversibles”, aquellas que pueden confundirse con un cuadro demencial, pero que se originan por patologías tratables como la diabetes, la hipertensión o la disfunción tiroidea. Cuando estos factores se controlan de manera adecuada, los síntomas cognitivos pueden mejorar significativamente, permitiendo una intervención más precisa”.

“Mi trabajo actual se centra en la estimulación cognitiva con el paciente, acompañando y enseñando a su entorno para potenciar intervenciones basadas en técnicas de activación mental y emocional. Utilizo cuadernillos, ejercicios de atención, memoria, orientación y concentración; mesas de trabajo cognitivas adaptadas al equilibrio y visión de una persona mayor. También empleo plataformas de realidad virtual, que permiten recrear experiencias inmersivas, como caminar por un mercado, andar en bicicleta o plantar un jardín, fomentando la neuroplasticidad y la sensación de bienestar”.

Cada sesión busca un objetivo claro: enlentecer el deterioro cognitivo y preservar las funciones aún presentes. “Trabajamos con el paciente y su cuidador formal e informal. Veo a muchos adultos cuidando a otro adulto mayor, eso requiere apoyo emocional y herramientas prácticas para sostener el vínculo y la convivencia cotidiana”.

“Mi vocación se ha ido tejiendo entre el aprendizaje, la empatía y la ciencia. Desde la psicopedagogía comprendí que aprender es un proceso vital que nos acompaña toda la vida; desde la psicogerontología, entendí que mantener la mente activa es también una forma de cuidar la dignidad y la memoria”.

“Desde la psicopedagogía comprendí que aprender es un proceso vital que nos acompaña toda la vida; desde la psicogerontología, entendí que mantener la mente activa es también una forma de cuidar la dignidad y la memoria”.

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