La revista Rolling Stone ha publicado un listado con los doscientos mejores cantantes de todos los tiempos. Como suele ocurrir con las selecciones de la afamada publicación, los fans de la cultura pop observan de inmediato las notorias ausencias.
Estos ránquines de RS concitaron, por largo tiempo, una mirada donde predominaban los artistas nacidos en territorio estadounidense y, de preferencia, blancos. Sólo en el último tiempo, siguiendo nuevas sensibilidades, han sido reelaborados para mayor reconocimiento al aporte de la comunidad afroamericana, que en los años de gloria de la publicación, entre fines de los sesenta y los ochenta, solía soslayar a los artistas negros.
El histórico álbum Thriller (1982) de Michael Jackson —el disco más vendido de la historia—, fue, en parte, una reacción del rey del pop al ninguneo de la revista a su éxito insoslayable.
Por lo mismo, ahora Rolling Stone incluye no sólo una docena de artistas negros entre los primeros veinte puestos, con Aretha Franklin dominando la selección (tal como lo hizo con Respect en 2021, liderando las quinientas mejores canciones de la historia), sino que incluye varios artistas latinos como Rosalía, Héctor Lavoe, Juan Gabriel, Vicente Fernández, Rocío Durcal y Mercedes Sosa. Sin embargo, no califican dos de las mejores voces románticas en nuestro idioma como Luis Miguel y Camilo Sesto.
Por supuesto, hay más ausencias notorias. Rolling Stone mantiene un menosprecio habitual por el heavy metal, y es así como no califican James Hetfield de Metallica y Bruce Dickinson de Iron Maiden. El punk tampoco merece mayor consideración y brillan por su ausencia Johnny Rotten de Sex Pistols y Joey Ramone de The Ramones.
Más de alguien dirá que estos últimos no eran precisamente buenos cantantes, pero la propia selección aclara que no se trata de capacidades técnicas —si fuera por eso, Bob Dylan debiera quedar fuera, y Mike Patton figurar en el top diez—, sino en singularidad e influencia, aspectos que podrían haber instalado al vocalista de Faith No More en el ranquin.
Pero así son las listas. Arbitrarias