Con modernas instalaciones, un proyecto deportivo en expansión y una alianza social que ha cambiado vidas, hoy, de la mano de Fundación Casa Semilla, Texas Limache se levanta como uno de los centros ecuestres más completos y prometedores de la región.
Ubicado en un amplio y verde terreno (Av. Eastman 561), el Centro Ecuestre Texas Limache llama de inmediato la atención por sus modernas instalaciones, sus espacios abiertos y su enfoque integral en torno al mundo del caballo.
La propiedad, hoy en manos de la familia Pardo, perteneció originalmente a un estadounidense —de ahí su nombre, Texas— y fue concebida como una infraestructura de alto estándar, proyecto que quedó inconcluso tras el estallido social y la pandemia. Desde entonces, un nuevo equipo ha tomado las riendas del lugar, dándole un impulso renovado con el desarrollo de una escuela ecuestre, preparación de caballos, actividades familiares, arriendo de cabañas full equipadas, eventos deportivos, empresariales y, además, un convenio social que permite realizar terapias asistidas con caballos.
ENFOQUE INTEGRAL
“Texas Limache es un espacio muy versátil. Tenemos cuatro cabañas disponibles para alojamiento, con un proyecto que pretende ser en un futuro una nueva oferta hotelera en la zona; próximamente habilitación de piscina, y quincho, que funcionan tanto para estadías familiares como para eventos deportivos o capacitaciones. Además, el lugar es amplio, seguro y con capacidad para recibir grupos grandes, sin problemas de estacionamiento. Todo eso genera un ambiente relajado, conectado con la naturaleza y con el mundo ecuestre”, nos cuenta Santiago Torres, administrador del centro ecuestre.
“La idea hoy es que todas las áreas —alojamiento, equitación, eventos, terapias— conversen entre sí. Antes funcionaban como unidades aisladas; ahora queremos mostrar que todas giran en torno al caballo y al vínculo con este entorno natural. Eso nos diferencia. También contamos con un equipo estable en mantención, caballeriza, apoyo de pista y recepción, lo que permite un funcionamiento profesional y ordenado”, agrega.
¿Qué tipo de eventos reciben?
Desde clínicas ecuestres, capacitaciones de empresas, reuniones ejecutivas y, pronto, también matrimonios. Hace poco tuvimos un evento de doma natural, con Manuel Ubillos, que llenó las cabañas por tres días. Y también hemos trabajado con empresas como Stihl, que vinieron a capacitar a su equipo usando nuestras áreas verdes y realizando acciones con maquinaria
¿Cómo se relacionan los eventos con los caballos?
experiencia ecuestre. Ofrecemos demostraciones y la opción de interactuar con los caballos, ya sea observando entrenamientos o acercándose a la escuela. Con la llegada del reconocido jinete y profesor, Víctor Hugo Figueroa, además, queremos proponer instancias educativas dentro de estos eventos.
CENTRO DE FORMACIÓN
“Desde niño me atraparon los caballos, aunque en mi familia no había medios para que yo montara. Me acercaba a los criaderos a mirar desde afuera, hasta que un día un jinete me invitó a subir a uno. Desde ahí no me bajé más. Luego entré a la Escuela Militar, hice cursos en Perú, Estados Unidos, Suecia, Alemania, Holanda… Toda mi vida ha estado ligada a la equitación, tanto como jinete, profesor y juez internacional en competencias regionales, panamericanas y olímpicas”, recuerda Víctor Hugo Figueroa.
¿Qué te motivó a integrarte a Texas Limache?
La posibilidad de formar un centro ecuestre realmente moderno. Acá existen suelos de geotextil —únicos en la zona y en Chile— que protegen las articulaciones del caballo, pesebreras ventiladas, un caminador amplio y espacios seguros. Todo esto abre la puerta no solo a clases, sino a crear un verdadero centro de formación, donde se preparen jinetes y caballos con profesionalismo.
¿Cómo se concibe la enseñanza aquí?
No se trata solo de “dar vueltas arriba del caballo”. Preparar un caballo es como preparar a un gimnasta, pues se necesita flexibilidad, musculatura, ritmo. Y el jinete también debe entrenar técnica, postura y sensibilidad. Aquí buscamos ese equilibrio, que exista un ritmo constante, caballos sueltos, trabajo profundo del dorso. Y ojalá con especialistas invitados para seminarios y entrenamiento avanzado.
¿Qué tipo de alumnos reciben?
Hay niños que recién empiezan, jóvenes que se preparan para pruebas completas y también personas que vienen con sus propios caballos a entrenar o recuperarlos. Ofrecemos planes semanales, mensuales y de largo plazo, pensados para distintos objetivos y niveles. Además, estamos trabajando para seguir profesionalizando el centro de terapias asistidas con caballos (equinoterapia, hipoterapia y monta terapéutica), para que más personas puedan acceder a este servicio.
Uno de mis alumnos es Ambrosio Núñez, quien con tan sólo quince años viaja todos los días, junto a su familia, desde Los Andes para entrenar. Actualmente se está preparando conmigo y con el profesor Ricardo Stanger, jinete olímpico en este especialidad, para una importante prueba tipo cross. Para él, el esfuerzo de venir todos los días vale la pena. “Entrenar acá es increíble. Tener estas canchas, estos espacios y este entorno es un lujo que no se encuentra en cualquier centro ecuestre. Mi caballo y yo hemos crecido juntos, estar en Texas Limache me permite seguir avanzando hacia mis sueños. Entreno mucho para representar a mi país y salir al extranjero, es una meta que tengo cada vez más cerca”, cuenta Ambrosio.
CONEXIÓN EMOCIONAL
“Trabajo hace quince años en terapias asistidas con caballos. Hasta el año pasado lo hacía en mi propia casa, con instalaciones muy pequeñas. Los propietarios de Texas Limache, la familia Pardo, ligada al mundo constructor a través de la Inmobiliaria Grepsa, son padrinos del Hogar Campo Los Espinos y su Escuela Carola Reyes Pizarro —con quienes trabajamos hace años— conoció esta labor y nos abrió las puertas. Hoy existe una alianza colaborativa entre la Fundación Casa Semilla, el Hogar y Texas que permite que niños y jóvenes tengan sesiones sin costo. Es una relación preciosa que ha crecido muchísimo”, cuenta el psicólogo y terapeuta Pablo Peralta Malhue.
¿Qué tipo de pacientes atienden?
Niños y adolescentes con TEA, dificultades sensoriales, déficit atencional, trauma complejo, trastornos del apego y diversas problemáticas de salud mental. También trabajamos con jóvenes de las residencias del SENAME que continúan estudiando hasta los veinticuatro años. La terapia se adapta a cada necesidad.
¿Qué hace especial la terapia con caballos?
El caballo tiene un movimiento tridimensional que estimula el equilibrio, la coordinación y la motricidad. Su temperatura corporal es dos grados más alta, generando relajación profunda. Y el contacto libera oxitocina, neurotransmisor del apego. Para muchos niños, estar sobre un caballo es como volver al abrazo seguro. Tenemos casos hermosos, de niños que al inicio no miraban a los ojos y hoy usan riendas, participan de ejercicios y muestran avances emocionales enormes.
¿Qué ha significado Texas Limache para ustedes?
Un salto enorme. Aquí hay canchas seguras, espacios amplios, caballos preparados y un equipo comprometido. Para los niños es un estímulo directo; para nosotros, una oportunidad de brindar un trabajo de mayor calidad. Incluso los caballos tienen historias de resiliencia, muchos son mayores, sobrevivientes de abandono o desgaste deportivo, y aquí encuentran una nueva vida ayudando a otwww.instagram.com/texaslimacheros a sanar.
www.instagram.com/texaslimache
Av. Eastman 561, Paradero 1, Limache+56972509054
www.instagram.com/fundacioncasasemilla





















