Tradicionalmente, para muchos, el mes de agosto es un punto de inflexión; el momento donde se termina nuestra historia o se nos regala otra oportunidad. Esta superstición popular se suele arraigar con mayor intensidad en el grupo de adultos mayores, los mismos que han sido fuertemente golpeados por la contingencia sanitaria mundial, y los mismos que, por sus experiencias en vida, poseen importante sabiduría. Karsten Thormaehlen ha recorrido el mundo en busca de estos sobrevivientes y sus increíbles historias, concentrándose, probablemente, en un grupo etario impensado: los centenarios.
Thormaehlen (1965) creció en una familia fuertemente ligada al arte, en el estado de Renania-Palatinado, Alemania. Estudió Filosofía, Historia del Arte, Ciencias Políticas y Diseño Gráfico en Mainz y en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Wiesbaden, graduándose con honores. Se inicia como director de arte y fotógrafo en una agencia de publicidad vinculada a Nueva York, dedicada a la alta costura y el lujo. Sin embargo, los recuerdos de su trabajo de servicio comunitario durante su juventud en una residencia de ancianos nunca lo abandonaron. La impresión de que ellos habían sido empujados a una especie de vía muerta en espera del final, donde el abandono y la pérdida del control de sus vidas aceleraban su partida, lo llevó a un cambio significativo en su carrera. Y decidió iniciar su búsqueda de adultos mayores y sus experiencias de vida, transformando a la fotografía en un resultado directo de sus historias. Esta modalidad determina el cauce de sus próximas obras y exposiciones individuales. En 2008, Karsten publica una de sus primeras obras persiguiendo esta temática, Jahrhundertmensch, siguiéndoles otras como Aging Gracefully (2017), Not Another Second (2021) y Young at Heart (2022).
Pero esta búsqueda de inusual belleza no sólo está conducida por su deseo de retratar y visibilizar los aspectos de la tercera edad, sino también por desmitificar los cánones de belleza impuestos por las grandes industrias. En una entrevista desde Frankfurt, Karsten comentó que la publicidad le parecía poco honesta; “tenemos a niñas de catorce años publicitando cremas antienvejecimiento”, señaló el fotógrafo. Por esto, sus fotografías presentan mínima intervención digital, a diferencia de las grandes industrias, obsesionadas con una eterna e inalcanzable juventud.
Una disposición positiva a la vida y la exploración de nuevas actividades son las principales características que el fotógrafo suele ver en sus modelos. Compartiendo sus fotografías e historias, nos muestra el resultado de complejas decisiones, adversidades, desafíos, frustraciones y sueños. Gracias a su trabajo, que nos replantea la belleza y lo que significa llegar a la tercera edad, Karsten ha recibido destacados premios y reconocimientos, entre ellos, ganador en Portrait of Humanity Vol4. (2022), International Color Awards (2019) y Prix de la Photographie, París (2017).