La volada sanadora

Por Marcelo Contreras

Cómo cambiar tu mente. Netflix

La información de este documental contraviene el discurso reinante en los últimos cincuenta años sobre las drogas, satanizadas desde que la presidencia de Richard Nixon les declaró la guerra, seguido por la administración de Ronald Reagan con agresivas campañas. Aunque Estados Unidos ha cedido al uso de la cannabis, una industria cada vez más asentada y rentable, otras drogas psicotrópicas, como el LSD, los hongos, el MDMA y la mescalina, siguen proscritas.

El libro Cómo cambiar tu mente (2018), sobre la aplicación de esas drogas en tratamientos psiquiátricos, obra del periodista, escritor y profesor de la Universidad de Berkeley, Michael Pollan, es la base de esta serie que ahonda con especialistas y pacientes cómo estas sustancias mejoran la calidad de vida de quienes dependen de fármacos convencionales que sólo amortiguan los problemas, sin resolverlos.

Resultan conmovedores los testimonios de veteranos científicos que lograron notorios avances con estas drogas para combatir severos problemas de salud mental, cuyos estudios fueron abortados por la declaración de guerra del gobierno al narcotráfico, fomentando el crimen, el mercado negro y la calidad de los estupefacientes transados en un marco desregulado.

Cómo cambiar tu mente expone datos y experiencias personales, algunas particularmente dramáticas, como el caso de una joven que, en corto periodo, perdió su casa por el huracán Katrina, fue violada y quedó embarazada, su hermano murió de sobredosis y su madre, antes de suicidarse, asesinó a dos amigas. Logró lidiar y superar esos traumas gracias a un tratamiento con MDMA, el popular éxtasis. Aquella droga, condenada por su uso en fiestas electrónicas, está a punto de ser legalizada en EE.UU. para combatir el estrés postraumático.

El documental establece que no se trata de panaceas milagrosas, sino que estas drogas, cargadas de negatividad y alarmismo sin sustento científico, son parte de las posibilidades de la psiquiatría para sanar, ni más ni menos.