Viaje al oeste

Con treinta y ocho años de oficio en el cuerpo, este fotógrafo autodidacta ha recorrido más de treinta parques nacionales y reservas forestales en Canadá y Estados Unidos. En estas páginas, el epicentro de los parques naturales del hemisferio norte que se han convertido en lugares simbólicos de protección de la naturaleza: Yellowstone, Grand Teton y Glaciar National Park, tras el lente de Alfredo Santamaría.

Por Macarena Ríos R./ Fotografía Alfredo Santamaría

“Para mí, la fotografía es la búsqueda de la belleza y la armonía en un mundo a veces caótico. Es capturar una imagen que por sí sola sea capaz de provocar emociones y transmitir un mensaje. Que sorprenda. Que conmueva.

Siempre me ha impactado la naturaleza. Fotografiar y capturar su belleza y su fauna ha sido mi afición durante gran parte de mi vida.

Cada fotografía tiene una historia detrás. Algunas más entretenidas que otras. Detrás de cada toma hay una búsqueda y un sacrificio importante. Los amaneceres y atardeceres son épicos, pero para eso hay que levantarse al alba, con frío, con hambre. Hacer largas caminatas y soportar los rigores del clima. Pero cuando ves los arreboles, cuando estás ahí, en la hora dorada, antes de que salga el sol, todo vale la pena.

La fotografía me ha acompañado toda la vida. El año 1982, en un viaje a EUA, aproveché la oportunidad de tener una buena cámara, pero pronto me di cuenta de que una buena fotografía no dependía solo del equipo, sino que esta debía trascender, y para eso, tenía que provocar algo. Comencé, entonces, el aprendizaje en forma autodidacta, leyendo múltiples libros y experimentando en diferentes ámbitos de la fotografía.

Ingresé al Fotoclub de Concepción el año 1985 y allí encontré un grupo de amigos y cómplices en esta pasión, que me ha acompañado por tantos años. La participación en salones nacionales e internacionales, safaris fotográficos, exposiciones y múltiples actividades en relación con la fotografía han mantenido el interés y estímulo por este arte. Incluso obtuve el título de Maestro de la Federación Chilena de Fotografía. Todo un honor para mí.

Durante estos treinta y ocho años la cámara ha sido la compañera infaltable en los múltiples paseos familiares y viajes por motivos profesionales, donde aprovechaba todas las ocasiones posibles para sacar fotos. En estos últimos diez años esta necesidad de salir constantemente a fotografiar se ha acentuado, por lo que he emprendido innumerables safaris fotográficos.

Mi fuente de inspiración en la fotografía de naturaleza han sido los antiguos fotógrafos chilenos de naturaleza, que no eran muchos en esos tiempos. Ser fotógrafo profesional de naturaleza en Chile era un gran desafío, ya que históricamente la fotografía no ha sido valorada como el arte que es, en este país y por eso los admiro profundamente.

YELLOWSTONE

Yellowstone es un icono mundial de los parques nacionales, por sus atractivos únicos, variedad de paisajes y abundante fauna. Descubierto en 1807, fue el primer Parque Nacional en EUA. Este gigante tiene alrededor de nueve mil kilómetros cuadrados y se ubica en la conjunción de tres estados: Wyoming, Montana y Idaho, por lo que recorrerlo requiere bastante tiempo.

La fauna es abundante. Osos negros y pardos, alces, lobos, diferentes tipos de ciervos. Tiene la manada de bisontes más grandes y puros de Estados Unidos, una especie que estuvo a punto de ser extinguida en 1890, por motivos estratégicos en la lucha contra los aborígenes.

El invierno es muy duro en esa zona, por eso el parque cierra, en un noventa por ciento, desde octubre a mediados de mayo. En esa época del año solo se pueden hacer visitas en moto de nieve desde los poblados cercanos. Recomiendo visitarlo en primavera, a fines de mayo y junio, o en otoño, en septiembre e inicios de octubre. Los alojamientos en el parque son escasos, por lo que es más fácil quedarse en moteles en algunas de las cuatro entradas del parque.

La geografía de Glaciar National Park es espectacular, con las imponentes rocallosas como telón de fondo, hay varios trekking que te llevan a lugares con lagos escondidos, lagunas y glaciares impresionantes. Hay sectores que se han incendiado, pero que bajo esos bosques ha brotado una cantidad impresionante de vegetación, entre árboles, arbustos y flores.

Cuando recorremos estos parques, la idea es no desperdiciar el tiempo. Todos los días nos levantamos entre las cinco y las seis de la mañana y permanecemos en terreno hasta una hora después de que se esconde el sol. Ahí recién nos preocupamos de comer algo, de desplazarnos al lugar de alojamiento, de bajar fotos, etc. Las horas de sueño son pocas, igual que el tiempo que destinamos a comer o descansar. Volvemos agotados, pero felices, contando el tiempo que falta para regresar.

No todo el mundo tiene la posibilidad de hacer estos viajes, por lo que uno tiene la responsabilidad de capturar estas maravillas de la naturaleza y compartirlas con los demás.

Algunas fotografías que he sacado se han convertido en un premio a la persistencia y el esfuerzo. Por lo general me dejo sorprender por la naturaleza, pero siempre hay una cuota de planificación detrás, de buscar los mejores lugares, esos que llaman imperdibles dentro de los parques para lograr buenas tomas.

Detrás de una buena imagen hay talento, conocimiento técnico, inspiración y muchas veces un sacrificio y mucha dedicación. En Chile vivir de la fotografía no es fácil, hay que hacer muchas renuncias para quedarse con la satisfacción de este hobbie-arte. Agradezco la paciencia de mi familia por permitirme mantenerlo hasta hoy”.