Carolina García Berguecio: Liderazgo Inclusivo

fundadora Comunidad Inclusiva

Reconocida dentro de las cien mujeres inspiradoras para la minería a nivel mundial 2020-2021, esta ingeniera civil y coach ontológica, no solo debió luchar contra su propia discapacidad sino contra los prejuicios y sesgos inconscientes tan arraigados en nuestra sociedad. “Soy la primera mujer en silla de ruedas que ha llegado a las operaciones en la minería. Me declaro una activista de la discapacidad, porque hay que ser disruptiva, hay que hacer ruido. Es la única manera de visibilizar el tema de una vez por todas, porque la verdadera inclusión pasa por un cambio cultural”.

Por Macarena Ríos R. / Fotografías gentileza entrevistada

12 de abril del 2006: ese fue el día que le cambió la vida. “Estaba trabajando en una empresa de estrategia para la industria de la minería. Había viajado a ver a un cliente a Antofagasta y mientras revisaba por enésima vez la presentación que debía dar, el auto que me llevaba desde el aeropuerto chocó de frente con un camión”.

Una fractura de la médula a nivel cervical, la dejó tetrapléjica. “Eso implicaba tener una cuidadora las veinticuatro horas”.

El diagnóstico médico fue lapidario: silla neurológica de por vida.

¿Qué te salvó de no naufragar?
Mi mente de ingeniera me ayudó a blindarme de todo tipo de emociones que pudiera llegar a sentir, eran demasiados duelos y demasiado fuerte lo que me estaba pasando. No es solamente que dejas de caminar, te empiezan a fallar todos los sistemas y pasas a ser dependiente de otra persona, a no poder vivir sola. En ese tiempo estaba separada y los fines de semana los pasaba haciendo deporte, subiendo cerros, haciendo spinning. Había sido campeona de windsurf desde los quince años, competía en esquí, me encantaba navegar. Fue una época de grandes cambios.

Al principio, Carolina solo podía mover los ojos y la boca. Nada más. “Me daban de comer, me lavaban los dientes, me lavaban todo”.

“Por suerte yo no escuché a ese doctor que me dijo que nunca iba a poder hacer nada, no me hice cargo de su diagnóstico”. Hizo terapia durante un año y medio, “le di con todo, terapia ocupacional, rehabilitación, todo. A los seis meses fui capaz de mandarle un mensaje de texto a mi hijo desde el Hospital del Trabajador. Fue todo un hito. Hoy ando en auto, manejo súper bien el computador, el celular es como mi extensión y me siento súper agradecida de lo que he conseguido”.

Cuando volvió a trabajar, la habían cambiado de puesto. “Quédate en el backoffice, mejor no vayas a visitar a los clientes para que no se incomoden”, le dijo la nueva jefa a Carolina ese día. Había pasado casi un año desde el accidente en Antofagasta que casi le cuesta la vida.

Y aunque las palabras resonaron fuerte en su cabeza, no dijo nada. “Mi autoestima estaba por el suelo, así que solo acaté”.

Sencilla, cercana, de pensamiento hablado. Su sonrisa es una constante durante toda nuestra entrevista por Zoom. “¿Sabes lo que fue más desafiante para mí? Reinventarme y convertirme en coach”. Y no cualquier coach. Actualmente es la presidenta de la Federación Internacional de Coaching. “Por eso siempre les digo a las personas que nunca dejen de soñar”.

¿Cómo llegó el coaching a tu vida?
El 2012, la entonces presidenta de ComunidadMujer, Esperanza Cueto, me regaló un mentoring porque estaba como la mona y ahí conocí a Lily Bernal, una coach de Newfield. Cuando me despidieron, a finales de ese año, me dijo “es la oportunidad para que te conviertas en coach”.

Pero en ese minuto, Carolina estaba enfocada en encontrar trabajo. El 2013 tuvo muchas entrevistas con diversos empresarios, vicepresidentes y directores de grandes compañías nacionales, “todas con un RSE deslumbrante”.

Pero todos le decían que la cuota estaba cubierta. “En el call center, en la bodega”.

¡En la bodega!
Esa es la realidad de las personas con discapacidad. Los contratan para cargos que son muy operativos, donde no necesitas una profesión. No estamos preparados en Chile para contratar a una persona con discapacidad y menos a nivel ejecutivo.

¿Cuáles son las trabas?
Hay un estudio en Estados Unidos que habla de los sesgos inconscientes, es decir, los miedos que tienen los ejecutivos a la hora de contratar a personas con discapacidad, “es que va a faltar mucho”, “se va a accidentar más”, “no va a poder hacer el trabajo para el que fue contratado”. Ese estudio también decía que los jefes no se animaban a darles feedback acerca de su desempeño, por un tema de asistencialismo, como el jefe que dice ay, pobre, para qué. Eso me pasó a mí. Un jefe un día me dijo “pero para qué te voy a dar feedback si lo tuyo no es importante”.

¿De qué manera te ayudó el coaching?
El coaching me hizo conectarme con mis emociones, entender que no era malo tener rabia por esto injusto que me había pasado, ni pena por todo lo que había perdido, y poder sacar a la luz mi propia vulnerabilidad.

En su afán de profesionalizarse aún más, tomó todos los cursos que pudo. Conoció a grandes personalidades como Fernando Flores y Humberto Maturana. “De Humberto me quedo con su sabiduría, su capacidad de ver más allá y cómo, a través de las emociones, podíamos cambiar la visión de algo y hacernos cargo de lo que estaba pasando. Siempre decía que las palabras creaban realidad y pucha que es cierto”.

De ahí en adelante, todo comenzó a tener sentido en su vida. Fundó Altaira Consultores con unas amigas, la empezaron a llamar para conferencias, seminarios y la invitaron a moderar un par de paneles en Expo Inclusión —www.expoinclusion.cl—, el congreso y feria laboral en torno a la discapacidad más grande a nivel nacional. “Ahí me convertí en embajadora de este congreso y me di cuenta de que podía ser la voz de los que no tienen voz, porque el mundo de la discapacidad ha sido invisibilizado durante muchos años. Es un colectivo que no tenía acceso al trabajo, que no sale porque la accesibilidad universal es un tema, hay mucha estigmatización”.

El 2018 participó en la academia de Emprendimiento e Innovación de Her Global Impact, donde creó un portal de inclusión laboral que más tarde se transformó en la Fundación Comunidad Inclusiva. “Me encantó este mundo, el 2019 entré a estudiar un diplomado en Diversidad e Inclusión en la UAI. Empecé a dar charlas, a trabajar mucho con los sesgos inconscientes, y me convertí en un referente”.

Gracias a la bendita Ley 21.015, en marzo del 2019 entró a trabajar. El objetivo de esta nueva ley de Inclusión Laboral es promover una real inclusión laboral para las personas con discapacidad. Los organismos públicos y las compañías con cien o más trabajadores tienen que contratar al menos el uno por ciento de personas con discapacidad. “Sin esa ley no estaría trabajando en una empresa, así de simple”, comenta.

CAMBIO CULTURAL

Según datos de la última Encuesta Nacional de Discapacidad (ENDISC), el 18% de la población en Chile tiene algún tipo de discapacidad. De esa cifra, menos del 48% tiene cuarto medio cursado y, de ellos, uno de cada diez tiene un título profesional o ha pasado por un centro de formación técnica. “Según esta encuesta, más del cincuenta por ciento de las personas con discapacidad pertenecen a los dos quintiles más bajos de la población. Imagínate lo que es que una madre tenga que dejar de trabajar para cuidar a ese hijo que nació con discapacidad. Imagínate el nivel de educación, de oportunidades”.

¿Por eso te postulaste como constituyente?
Me llamaron a raíz de la ley de cuotas. Estaba muy contenta y comprometida con la campaña, porque si nosotros no estamos presentes en la redacción de la nueva constitución, pasaremos nuevamente a ser invisibles, tal como hoy lo es la discapacidad.

Carolina cuenta que de las cuarenta y siete personas que iban por la lista de Chile Vamos a nivel nacional, solo quedó una. “Todos los que fuimos de candidatos a la convención, que teníamos algún tipo de discapacidad, firmamos un acuerdo que decía que cualquiera de nosotros que llegara a ser elegido como constituyente iba a poner diez puntos en alguna de las mesas de trabajo para promover los derechos de las personas con discapacidad. Fue un acuerdo de unión transversal tremendamente importante”.

¿Los puntos más importantes de ese acuerdo?
Que la discapacidad sea reconocida dentro de la constitución, así como el trabajo de los cuidadores.

¿Qué se necesita para lograr una inclusión real?
Todo lo que hemos estado hablando requiere de un cambio cultural. De una estrategia, de políticas de diversidad e inclusión en la empresa, de un plan de comunicación, cómo hay que referirse a la persona con discapacidad, cómo ser más inclusivo y tomar conciencia. Y eso requiere tiempo.

¿Dónde debiera estar el foco?
Lo primordial es que el líder de esa empresa esté comprometido con la inclusión.

La buena noticia, dice, es que va a entrar en vigencia, en noviembre del 2022, la ley 21.275, propuesta por Francisco Undurraga, el único diputado con discapacidad, “que dice que en cada empresa debe haber una persona en el área de RR.HH que sea experta en diversidad e inclusión porque hay que sensibilizar, hay que hacer estrategias, adecuación al puesto de trabajo. Que tengamos la posibilidad de crecer dentro de la empresa, de cambiar de puesto a los tres años, de que nos den feedback. En definitiva, armar todo un ambiente para que el colaborador tenga una buena experiencia. Yo digo: veamos talento donde otros ven discapacidad”.

Carolina participó en varias mesas de trabajo con Chile Valora, una entidad del Ministerio del Trabajo que estuvo a cargo de armar el perfil de competencias que necesita esa persona experta. “La diversidad e inclusión aumenta ciertos KPI (medidores de desempeño), en ciertas industrias aumenta el nivel de producción, baja el nivel de accidentabilidad, se mejora el plan de mantenimiento, el sentido de pertenencia aumenta y, en algunas empresas, aumenta el nivel de innovación”.

Tercera de seis hermanos e ingeniera civil, tiene dos hijos —María José (32) y Eduardo (23)—, y se declara fanática del autoconocimiento y de la astrología. De su papá heredó su racionalidad y, de su mamá, la simpatía y la capacidad de reírse de uno mismo.

¿Qué ha sido lo más difícil?
La inestabilidad laboral.

¿Visibilizamos la inclusión los chilenos?
Yo creo que no. Y en ese sentido, la Teletón ha sido un gran proyecto, una institución de lujo que no solo ha funcionado como una verdadera empresa, sino que ha visibilizado a las personas con discapacidad, donde miles de niños han encontrado un hogar, contención, formación e, incluso, coaching para las familias que se ven desamparadas cuando nace un hijo con discapacidad, porque es un dolor constante.

¿Cuál es tu mensaje ad portas de la Teletón?
Más allá de ponernos la mano en el corazón durante el tiempo que dura la campaña, tenemos que hacer un cambio cultural personal, que seamos nosotros mismos agentes de cambio, promoviendo la inclusión en nuestro entorno, en cómo tratan nuestros hijos a los que son diferentes, a los que tienen discapacidad, cuáles son sus juicios y sus puntos de ceguera. Hagamos educación inclusiva desde el jardín infantil, porque los niños no discriminan, no nacen poniendo etiqueta, somos nosotros quienes lo hacemos.

 

Carolina García es una activista por la discapacidad, socia de Mujeres Influyentes, coach ontológica y fundadora Comunidad Inclusiva, Mentora de Comunidad Mujer, embajadora de HER Global Impact, y de Expo Inclusión. Premio Mujeres Influyentes y de Diversidad & Inclusión en minería WIM (Women in Mining UK) 2019 y premiada dentro de las “100 Inspirational Women in Mining UK 2020 | 2021”, como mujer inspiradora en minería, por Women in Mining UK.