Búsqueda y encuentro. Sergio Larraín

Por Jessica Luna, arquitecta

Delinear nuevas fronteras de lo que se puede fotografiar y redefinir los conceptos de belleza y armonía conllevan probablemente un transitar interno simple y complejo. Sergio Larraín es probablemente un maestro en este hacer; hizo de la fotografía una búsqueda incansable de encuentros y desencuentros consigo mismo que le permitieron una impecable maestría, que sin ser necesariamente majestuosa es emocional y poética.

Larraín descubre la fotografía cuando migra a Estados Unidos a los dieciocho años para apaciguar los desencuentros con su padre. A su retorno a Chile se instala solo y comienza su búsqueda personal a través de este oficio. Su trabajo con los niños huérfanos abandonados del río Mapocho, en Santiago, le permite asociarse con la agencia internacional Magnum Photos, en la que realiza uno de los trabajos que dará la vuelta al mundo: la cobertura fotográfica de Giuseppe Russo, jefe de la mafia siciliana. Posteriormente retoma su trabajo fotográfico en Valparaíso, el que se transforma en una de sus grandes obras.

Sergio Larraín desarrolla su estética a partir de la desmitificación de los encuadres tradicionales, trabaja sobre diagonales que le permiten construir perfectos encuadres, evitar el centro geométrico y reforzar los bordes con líneas fuertes; privilegia los encuadres verticales y las perspectivas particulares con inusuales alturas de cámara. La fuerza del grafismo, más bien dinámico, está muy presente en su obra con blancos y negros muy intensos, con una rigurosa composición en términos de volumen y luz. Sistemáticamente erradica lugares comunes para remplazarlos por aquellos socialmente marginales. “Una buena fotografía, o cualquier otra manifestación humana, nace de un estado de gracia. Y la gracia nace cuando has logrado liberarte de las convenciones, las obligaciones, la comodidad, la rivalidad y eres libre como un niño que descubre la realidad”, dice.

Larraín se retira a Tilahuén, al interior de Ovalle, en busca de una profunda vida interior de la mano de la pintura, el yoga y la meditación. Sus publicaciones emblemáticas son El rectángulo en la mano, Valparaíso, London 1959 y Sergio Larraín (1931-2012) por AgnèS Sire. En junio se estrena la cinta dirigida por Sebastián Moreno que no solo indaga en la figura del fotógrafo de Magnum y su biografía, sino que también en su misticismo y búsqueda interior.