Constanza del Rosario: Salud emocional

sicóloga

En los tiempos que corren, sicólogos y siquiatras se han convertido en los indispensables de la primera línea emocional. Constanza considera que esta es una gran oportunidad para visibilizar una realidad que no siempre se escucha. Su bandera de lucha, como directora de la Fundación Relaciones Inteligentes, apunta a lograr cambios profundos en la educación y que sean las emociones y los vínculos el foco en los procesos de aprendizaje. “No sacamos nada con tener los mejores indicadores económicos si no somos un país emocionalmente inteligente, empático y feliz”.

 Por Macarena Ríos R./ Fotografías gentileza Constanza Del Rosario

“Los papás deberíamos tener estrategias con nuestros hijos. En lugar de estar concentrados en que los niños hagan sus deberes, deberíamos estarlo mucho más en premiar que logren cambiar su estado emocional, en premiar sus conductas. Una vez que puedan autorregularse, van a tener una mejor disposición a colaborar en la casa, van a poder concentrarse mejor en hacer las tareas y así. Es un tema de estrategia”.

Elocuente, clara y asertiva, Constanza Del Rosario habla con conocimiento de causa. Desde Relaciones Inteligentes, Ring!, la fundación que preside, hace tiempo que viene trabajando no solo en hacer patente una realidad que evidencia altos índices de estrés, ansiedad, y depresión en jóvenes y adolescentes, sino en cómo ayudar a regularlas y a que desarrollen la inteligencia emocional. Porque, contrario a lo que piense la mayoría, esta se educa y se enseña.

Las cifras de la última encuesta a cargo de la Universitat de València, y la fundación sobre la situación emocional de jóvenes y adolescentes a raíz del confinamiento por el covid-19, no hacen más que confirmar una verdad a gritos. “Los números ya eran alarmantes antes. Con el estallido social había aumentado el consumo de calmantes y antidepresivos. En patologías, nosotros como país lideramos muchos rankings relativos a niños, adolescentes, adultos y adultos mayores. La salud mental siempre ha estado mal. Lo que pasa es que ahora le subimos el volumen”, asegura.

El currículo de esta especialista en relaciones de pareja, género, sexualidad, empoderamiento femenino e inteligencia emocional es amplio. Autora de los libros Si la cama hablara y Soy mi propia diosa (aunque a veces se me olvide), acaba de lanzar la campaña “¡Tu salud mental importa!”, que enseña a jóvenes y adolescentes a regular la ansiedad, el estrés y la depresión a través de videos, podcast, infografías y ejercicios prácticos en www.ringchile.org y en su instagram @relacionesinteligentes.

“Me llama poderosamente la atención la ignorancia de la gente frente a las abultadas cifras de suicidios, bullying, consumo de drogas y trastornos mentales en adolescentes, que hay en Chile”.

¿Tienes alguna teoría?
La salud mental ha sido relegada a nivel cultural. Su presupuesto en nuestro país es del 2,1 por ciento del total de salud. Esta cifra habla de un paradigma muy antiguo que no tiene que ver con los avances actuales en materia de neurociencias. Hay que fomentar la educación socioemocional porque la salud mental importa y mucho. No sacamos nada con tener los mejores indicadores económicos si no somos un país emocionalmente inteligente, empático y feliz. En general, a la gente emocionalmente inteligente le va mucho mejor en la vida.

RELACIONES INTELIGENTES

Fue el nacimiento de Carlos Aukán, su hijo, el que gatilló Ring! hace tres años. “Ahí nace esta motivación por crear la fundación, por generar un cambio para que él pueda crecer en una sociedad emocionalmente más sana, para que los niños de este país tengan una oportunidad real. El bienestar se educa desde pequeños como una forma también de prevención de futuras patologías. No sabes a quiénes vas a salvar en el camino dándoles herramientas que en la casa no tienen”.

Por eso asegura que hay que fomentar la salud socioemocional y en ese sentido es fundamental mirar a la educación como una herramienta de prevención. “Apostamos por un cambio en el paradigma educativo, porque los colegios están centrados en la excelencia académica y en la transmisión de conocimientos. Los esfuerzos están puestos en eso, en el Simce y la PSU y dejan de lado las habilidades blandas. La autogestión, el autoconocimiento, el autocuidado y la automotivación no se están fomentando. Y eso va a ser muy necesario el día de mañana. Y esto no lo digo yo, lo dice Harvard, lo dice el Banco Internacional del Desarrollo. Habilidades para el siglo XXI y Chile tiene una deuda con eso, porque no se enseñan habilidades socioemocionales. En la educación preescolar se ha puesto cierto esfuerzo y énfasis. Pero hay mucho por hacer”.

La educación preescolar es clave
Exacto, ahí está el futuro, ahí hay que poner las fichas. Es sabido que tener buenas parvularias puede mejorar en un treinta por ciento el apego de un niño que puede venir de un sector emocionalmente muy vulnerable. Son los educadores de párvulos quienes forman socioemocionalmente a los niños, en una etapa ideal para el desarrollo del conocimiento de las emociones y su regulación.

Lo lógico debiera ser partir por casa…
Se parte de la base que la inteligencia emocional se educa en casa, pero la mayoría de nosotros somos analfabetos emocionales.

¿Cómo actuar en estos tiempos de incertidumbre?
Debemos ser responsables con nuestro propio autocuidado. Un adulto que está irritable, estresado, angustiado, deprimido, no puede esperar que los hijos, que tienen menos herramientas, que no han desarrollado del todo su cerebro, estén mejor emocionalmente. Eso no es así. Nosotros diariamente en el Instagram Relaciones Inteligentes estamos subiendo técnicas de regulación emocional. Es cosa de ponerle play.

¿Sería factible instaurar políticas públicas para mejorar la cobertura de los tratamientos en salud mental?
No veo voluntad política. Somos nosotros, las organizaciones civiles, la ciudadanía, los que tienen que presionar para que haya cambios. Dentro de la fundación tenemos una causa y estamos juntando firmas para que cambie el paradigma educativo. Te doy un ejemplo, los países desarrollados tienen el mismo posnatal de seis meses para hombres y mujeres, porque entienden que están invirtiendo en la salud emocional de sus ciudadanos y están ahorrando mucha plata, porque saben que todo lo que se invierta en educación, en posnatal, es ahorro en el futuro.

¿Debiera preocuparnos el aumento a la exposición de las pantallas?
Creo que lo importante es qué hábitos voy formando que compensen de alguna manera el nivel de conexión que tienen con las pantallas. Eliminarlas es una utopía. ¿Quieres jugar en el videojuego?, ¿quieren ver la película? Tienen que bailar, hacer deporte u otra cosa durante un rato que compense el no estar conectado con tu cuerpo. Al final, los procesos de disociación son los complicados. Estuve tanto rato conectado, que mi mente está muy activa y mi cuerpo muy pasivo. Y eso es causa de muchos trastornos de salud mental. Entonces cabe preguntarse cómo estamos estimulando que los niños estén activos físicamente o focalicen su atención a otras actividades como pintar, bordar, cocinar, jardinear.

¿Cómo ves el futuro?
Mi esperanza es que cuando pase todo esto haya transformaciones. Que haya este wake up call, como nosotros lo llamamos: Ring! ¿Qué más tiene que pasar para que sí atinemos? Esa es la pregunta del millón. Estamos teniendo los conflictos de un país desarrollado y la pregunta aquí es si nos vamos a comportar como tal y si vamos a evolucionar hacia el bienestar social.

 ¡TU SALUD MENTAL IMPORTA! 

La campaña enseña a jóvenes y adolescentes a regular la ansiedad, el estrés y la depresión a través de videos, podcast, infografías y ejercicios prácticos en www.ringchile.org y en su instagram @relacionesinteligentes.

 INTELIGENCIA EMOCIONAL 

La inteligencia emocional es la capacidad de conocer mis emociones y las del otro para regularme y actuar de manera asertiva. Por eso las llamamos relaciones inteligentes porque la idea es que las personas aprendan a relacionarse positivamente con ellos mismos y los demás.

 Los dos primeros pasos de la inteligencia emocional son la autoconciencia y la regulación emocional. Posteriormente se puede trabajar la autonomía y las habilidades de bienestar. Una vez que somos capaces de conocernos a nosotros mismos, seremos capaces de regular nuestras emociones, empatizar y comunicarnos de manera afectiva.