Hotel Fauna: Rescate patrimonial

Entre el arte porteño y la gastronomía de autor que existe en el Cerro Alegre, en pleno pasaje Dimalow, se alza este hotel y restorán concebido hace once años. Adosado al cerro y contenido por un muro de roca que dejaron a la vista durante su restauración, reabrió sus puertas a principios de año luego de una tercera remodelación que amplió sus áreas comunes, implementó un sector de spa y elevó a veintidós el número de sus habitaciones.

Por Macarena Ríos R./Fotografía Andrea Barceló A.

Valparaíso completo parece fundirse en los cuatro niveles de esta construcción. Ideado por los arquitectos Jaime Rodillo y Roberto Fantuzzi y el restaurador Tomás Elizalde, les tomó cerca de tres años armar Fauna. Tres años en los que remodelaron dos casonas victorianas del siglo XIX, con respeto absoluto por el estilo arquitectónico de la ciudad.

La idea de los dueños siempre fue ocupar materiales reciclados para su reconstrucción y mantener la estructura original del inmueble de pino Oregón y roble, como la doble altura del techo de madera y adobillo, las paredes de ladrillo y adobe, los pisos de madera y se utilizó estructuras metálicas y piso de hormigón. “El revestimiento exterior son planchas metálicas galvanizadas prepintadas y vidrio”, comenta uno de los arquitectos, Jaime Rodillo.

LA HISTORIA

Cuando llegaron a Valparaíso, los dueños se encontraron con un crisol de razas y un estilo de vida pausado y bohemio que les llamó la atención. Y así nació el nombre del hotel: Fauna. “Su nombre viene de la diversidad de gente que convive en Valparaíso, gente de diversos orígenes, culturas y estratos que comparten un espacio común”. De ahí el logo.

Con veintidós habitaciones y un restorán de comida de autor que mira al Pacífico, Fauna eligió una mezcla de estilos industrial y ecléctico para su decoración. Sillones viejos que fueron retapizados, máquinas de escribir, cactus, cuadros caseros, muebles del Persa.

Creado por estos amigos, el interiorismo de Fauna es una mezcla. “Quisimos aprovechar los materiales de demolición y objetos, piezas gráficas y muebles antiguos que hemos ido restaurando y buscando en el tiempo en ferias. Tratamos de que convivan con una estética contemporánea y moderna orientada al confort y bienestar de los pasajeros”.

Las piezas, sin televisor, closet ni ropero, juegan muy bien con los espacios y el minimalismo, dejando a la arquitectura como protagonista absoluta. “La idea de no tener TV es que pasen el menor tiempo posible en la habitación y que recorran y conozcan Valparaíso lo que más puedan. De hecho, tenemos un tour gratuito para los huéspedes los días sábado”.

Es importante el trabajo que se ha hecho en materia de paisajismo. “Trabajamos con la paisajista Paula Arteaga, que nos apoya con la mantención de los jardines interiores y maceteros”.

RESTAURACIÓN PATRIMONIAL

La rehabilitación vinculó espacialmente ambos edificios a través de un patio de luz que incorpora iluminación y ventilación natural al hotel.

Como lo dice su ficha técnica: “La nueva arquitectura es una reinterpretación contemporánea de las edificaciones existentes, reconociendo las composiciones, proporciones, líneas y ritmo de vanos y fachadas propios del contexto al cual pertenece”.

“La vista corre por cuenta de la casa”, reza una frase en la página web de fauna. Con una vista envidiable al Pacífico, y al cerro Concepción, el restorán gourmet está a cargo de la chef Gisella Caselli.

“Las mesas están distribuidas en el interior y en la terraza, todas con vistas a la bahía y cerros de Valparaíso. Contamos con una gastronomía de autor con productos nacionales, y nuestra barra sugiere cervezas artesanales, cocteles de autor y una amplia carta de vinos”.