Coa Chile: Emprendimiento social

Tablas de surf, accesorios y ropa —elaboradas por reos de distintas cárceles de Chile, por jóvenes en riesgo y del SENAME—, es la original propuesta con la que Coa busca disminuir la delincuencia a través de la reinserción social. “Creemos en la rehabilitación y que todos merecemos las mismas oportunidades”.

Por María Inés Manzo C. / Fotografía Andrea Barceló A, y gentileza de Coa. www.coasurf.com

Según cifras de Gendarmería de Chile, se estima que el cincuenta por ciento de los niños del SENAME, cuando adultos, terminan en la cárcel. Pero, paralelamente, los internos que participan en talleres reducen a veinte por ciento la reincidencia, es decir, ochenta de cada cien se salva de regresar tras las rejas. Además, como dato duro, por cada peso invertido en reinserción, la sociedad recupera seis pesos. Lo que se traduce en que cada persona reinsertada beneficia a la sociedad en 37,7 millones de pesos.

Parte de estas cifras fueron las que motivaron al ingeniero comercial y publicista Arturo Irarrázaval (33) a crear Coa, una marca chilena con sentido social que elabora tablas de surf, ropa deportiva, casual e institucional (poleras, polerones, chaquetas, camisas, overoles, uniformes, polars, etc.) con mano de obra de personas que se encuentran en diferentes formas de riesgo o privadas de libertad.

Elegido como el mejor proyecto de 2015 del fondo de Desarrollo de Negocios CRECE de SERCOTEC, entregado por Michelle Bachelet, el 2016 Arturo fue escogido entre los cien jóvenes líderes de la Revista El Sábado y, en mayo del 2019, Coa Chile fue premiado como la mejor pieza publicitaria internacional de la Agencia Simple.

“El surf es mi pasión, un deporte al aire libre con el cual quería comenzar un emprendimiento no sólo comercial, sino que me permitiera ser un aporte real a la sociedad. Por eso trabajar con las cárceles de Chile y jóvenes del SENAME tenía un doble significado: involucrar a la gente en este deporte y, por otro lado, lograr la reinserción. Hoy el enfoque general está en desarrollar iniciativas que promuevan el cuidado del medio ambiente, el reciclaje y prevenir el calentamiento global, lo cual también es tremendamente positivo, pero no podemos olvidarnos de las personas y que la delincuencia es uno de los problemas más grandes que tiene Chile, que se agudiza con la gran sobrepoblación penal”.

Así, el 2011, Arturo ideó el concepto de Coa que une una propuesta única, diseño nacional, mano de obra local y un potente mensaje. “Coa se dedica a reducir la delincuencia y a aumentar la reinserción social a través del desarrollo de productos originales, capacitaciones dentro de las cárceles, invirtiendo el cincuenta por ciento de sus utilidades en talleres y actividades para jóvenes del SENAME”.

Coa es un nombre inspirado en la jerga utilizada por los reos chilenos y todo lo que involucra la vida en las cárceles. “Allí hay muchos códigos y usos que son propios de los presos, desde sus uniformes, tatuajes que nacen en prisión y la misma creatividad. Es impresionante la cantidad de grafiteros y artistas talentosos que puedes encontrar. Además, si bien ‘el coa’ nació en las cárceles, hoy lo utilizamos cotidianamente y especialmente los más jóvenes. Desde palabras como bacán, brígido, paco, filo, mina, flaite, pulento, luca, quina, gamba, pelolais… y tantas otras”.

DE LA CÁRCEL AL OCÉANO

Arturo quería demostrar que podía sacar un producto con mano de obra nacional, exportable, y ayudar a la mayor cantidad de personas posible. Fue entonces que tras el incendio en la penitenciaría de San Miguel, en 2010, donde fallecieron ochenta y un reos, supo que había un gran problema que resolver.

“Comenzamos realizando talleres en La Pólvora, Valparaíso; Colina I y Colina II, San Joaquín (Santiago), y en el SENAME de La Cisterna y Santiago (enfocado en la elaboración de accesorios). En total, trabajaron sesenta y cuatro internos en carpintería, diseño, costura y fibra de vidrio. El resultado final fueron ciento treinta tablas estilo fun board, quinientas poleras, bolsos deportivos reciclables, entre otros. Siempre quisimos entregarles un oficio remunerado para incentivar su reinserción social y laboral. Un aporte que, a la vez, ayuda a que sus propias familias e hijos no tengan que caer en la delincuencia”.

¿Cómo es la elaboración de los diseños?
Si es un producto corporativo, las mismas empresas nos indican cómo va a ser el uniforme, que en general es algo simple con el logo de la empresa. Pero si es para nosotros, los mismos presos proponen los diseños. Los tatuadores o grafiteros hacen los dibujos para las tablas y poleras. Es un trabajo en conjunto y muy bonito, donde personas que rayaban las calles hoy están haciendo algo positivo.

¿Cuáles son los requisitos para que los reos puedan participar?
La elección la define directamente Gendarmería de Chile, pero básicamente deben tener su condena cumplida y buena conducta por un periodo prolongado. Ellos saben a quienes les gusta el tema artístico, las manualidades y están interesados en capacitarse.

¿Alguno ha salido de la cárcel y sigue trabajando con ustedes?
Sí, uno de los reos que trabajó con nosotros en Valparaíso, en la fábrica de tablas de surf, ha seguido ayudándonos en otros proyectos y la idea es que esto se siga replicando. Buscamos validar en el mercado que estas personas, privadas de libertad, sí pueden hacer productos como una tabla de surf… de ahí en adelante todo es posible.

Ustedes también traen tablas de Hawái…
Sí, esas son las top de línea con las cuales algunos deportistas han corrido circuitos mundiales. En Chile elaboramos las tablas amateur, pero que son de buenísima calidad y detalles minuciosos. Los reos fueron capacitados por profesionales y por nuestro coach hawaiano con más de cincuenta años de experiencia.

¿Por qué decidieron incorporar ropa y accesorios?
Principalmente porque necesitamos crear productos que tengan un mercado más grande, como es el área corporativa, lo que permite que la gente pueda estar trabajando más tiempo. Las tablas de surf tienen un nicho pequeño y de venta lenta. Pero sí podemos producir miles de uniformes y venderlos rápidamente. Hoy estamos prestando servicios para Papa John’s, Marley Coffee y Duoc.

¿Con quiénes están trabajando ahora?
Este es un proyecto rotativo, que vamos reformulando todos los años. Para esta temporada nos enfocaremos en los jóvenes del SENAME y, próximamente, en los reos de Colina I con los que desarrollaremos una nueva línea de productos.

TALLERES SOCIOEDUCATIVOS

Bajo el lema “caer, levantarse siempre”, Coa trabaja en todo el país, para que adolescentes en alto riesgo social tengan un camino esperanzador y herramientas para desenvolverse en la vida. “Creemos que es más difícil sacar a un joven del agua que de la cárcel, por ello hacemos constantemente talleres socioeducativos (reciclaje, limpieza de playas) y deportivos: paseos a la playa para surfear, talleres de arte y autoconocimiento, yoga, escalada, trekking, skateboarding, muralismo, etc. El compromiso es que cumplan una tarea como capacitarse o terminar enseñanza media y les damos un premio”.

¿Cómo ha sido la respuesta de los jóvenes?
Buenísima, nos piden todo el tiempo poder participar. Hemos ido desde Maitencillo a Puertecillo (Región de O’Higgins). Hasta ahora nos financiamos con las ventas, por eso tenemos presupuesto limitado y necesitamos que más empresas nos prefieran como proveedores para seguir repitiendo estas actividades sociales en todo Chile. Este año tenemos la meta de hacer mil clases de surf y talleres con el SENAME.

“Desde el estallido social las ventas bajaron significativamente, por eso también necesitamos potenciar la venta online y la tienda física que está en Santiago (El Rodeo 13710, Lo Barnechea). Desde que comencé Coa me he dado cuenta de que ayudar y hacer cambios es mucho más fácil de lo que uno cree. Dar una mano y una oportunidad es fundamental para quienes están en riesgo social, pues sin ella es muy difícil que puedan salir adelante. Sabemos que las personas que usan nuestros productos están realmente buscando un cambio, pues si bien no son los más baratos tienen un fin social. No es sólo meterse la mano al bolsillo, sino también en el corazón”.