Almacenes Daire: Ímpetu de tres generaciones

Es uno de los negocios familiares más antiguos del centro de La Serena. Fue Mohamed Daire el que marcó, con su impronta comercial, el origen de esta tienda hace más de cincuenta años. Luego, pasó a sus tres hijos mayores y, desde el 2014, es uno de sus nietos, Ale Daire, quien junto a su padre Abdo, continúan con el legado y tradición de la venta de telas, menajes y cordonería. Pese a que hoy lamentan los estragos de un comercio afectado por la crisis social, no escatiman en proyectos y sueñan con crecer en otras ciudades de la región.

Por Verónica Ramos B. / Fotografía: Francisco Díaz U.

Mohamed Daire Salich, un inmigrante sirio, provisto solo de una maleta y de un gran espíritu comercial que marcaría su destino, llegó al puerto de Coquimbo, en 1930. En solitario y con tesón, comenzó a recorrer las ciudades y los pueblitos del interior del Valle del Elqui, vendiendo de un cuanto hay. Cuando obtuvo el capital suficiente, abrió su primer negocio de telas, en la calle Cordovez, en pleno centro de La Serena. Con su mujer Italina y sus seis hijos: Masna, Jounes, Pedro, Abdo, Manuel y José Luis, forman, entonces, el clan Daire Carle.

Años después, Mohamed instala un nuevo y fructífero negocio en la calle Prat, llamado La Batalla. Telas, ropa y artículos de paquetería se comercializaban en esta tienda, la que, a poco andar, alcanzó gran prestigio y reconocimiento en la zona. Con el tiempo, fueron los tres hijos mayores quienes se hicieron cargo del negocio, al que rebautizaron como Almacenes Daire. Desde entonces, largos y exitosos años han coronado la historia de esta tienda de telas y menajes.

En el 2014, Pedro Daire opta por no continuar con el negocio, decisión que comenta a su hermano Abdo, ginecólogo de larga trayectoria en la región y quien confiesa “soy el único de los hermanos que no heredé la veta comercial; pero quien sí lleva en la sangre el  espíritu comercial de su abuelo Mohamed y de toda la familia, es mi hijo Ale Daire, que es ingeniero comercial. Incluso, cuando Pedro me contó que quería arrendar el negocio, le propuse quedarme con la tienda y la verdad es que la respuesta afirmativa se la dio a mi hijo y no a mi”, comenta entre risas.

El acuerdo lo pactan un día sábado y el lunes siguiente, Abdo y Ale toman las riendas de Almacenes Daire, con el nombre legal de Daire e Hijo. “Ale es el gerente; su esposa, Loreto Rowe, es la encargada de recursos humanos y mi señora, Nana Roasenda, ve el tema de las facturas, cheques y pagos. Yo estoy de decoración, porque lo mío es la medicina… creo que en todos estos años he atendido en cuatro ocasiones a los clientes Voy a la tienda porque me entretengo con mi hijo y porque hago mucha vida social (se ríe). Ahora, mi mayor aprensión era que no nos fuera bien, pero mi hermano Pedro tuvo la delicadeza de presentarle a mi hijo a todos sus proveedores y siempre ha estado pendiente de ayudarlo”, cuenta Abdo.

¿Feliz y orgulloso de dar continuidad a este negocio familiar?
¡Absolutamente! Aquí hay una historia que parte con mi padre, luego con mis hermanos y sobrinas y ahora continúa con mi hijo… es toda una vida. Mi hermano Pedro me dijo, hace unos días, “a tu hijo no le pasé un bote con remos, le entregué un barco con pasajeros; si este se hunde queda la “escoba”. La verdad es que hoy veo que el barco sigue su curso y siento que es el sueño de todo padre. No podría pedir más, lo único que me preocupa es la situación que estamos viviendo como país y que, por cierto, nos afecta a todos.

SEGURIDAD, ANTE TODO

Los comerciantes del centro de La Serena son quienes se han visto más perjudicados por los saqueos y destrozos ocasionados desde el estallido social en nuestro país. Aquí ya no existen las vitrinas y casi todos los negocios están protegidos con planchas de acero o de madera. Son cerca de las ocho de la noche y Ale Daire se escusa por llegar tarde a la entrevista, pues su rutina diaria ha sido estar pendiente de la integridad de sus trabajadores, de las turbas y de reforzar la tienda con protecciones.

“De la noche a la mañana nos cambió la vida. Indudablemente apoyamos las demandas sociales, sin embargo, la violencia se apoderó de la ciudad y esto ha sido muy doloroso”, recalca Ale.

Lo que ha significado, por cierto, una merma importante en las ventas
En octubre las ventas se cayeron en un treinta y cinco por ciento; en noviembre, fue cerca del treinta por ciento y en diciembre, un veintinueve por ciento. En situaciones normales, estos meses son los más fuertes en venta y desde agosto comenzamos a abastecernos con mercadería. Obviamente esto genera problemas en los compromisos de pago y una serie de cosas, incluso teníamos varios proyectos por desarrollar, pero la incertidumbre es tan alta que, al menos hasta abril, no haremos nada.

¿Cuáles han sido los mayores dolores de los comerciantes frente a esta compleja situación?
Ale: Nosotros pertenecemos a la Cámara de Comercio y Turismo y quienes la integran coinciden en la falta de compromiso de la autoridades respecto a resguardar la seguridad. Hoy, vemos mayor presencia policial porque existe mayor afluencia de público y porque el comercio ambulante se instaló en el centro de la ciudad. El miedo, sin embargo, es permanente y lo que más me preocupa es la integridad del personal. En la tienda trabajan veinte personas y ya les dije que no quiero a ningún héroe y que la seguridad es lo primero. Lo único que todos esperamos es trabajar con tranquilidad.

Abdo: Cuando se trabaja con inseguridad es muy riesgoso. A las cinco de la tarde ya estoy llamando a mi hijo para que cierre y lo que menos me preocupa son las ventas. Nosotros velamos por el cuidado de las personas.

 Y en el ámbito del negocio, ¿cómo ha sido la experiencia de trabajar en este rubro?
Ha sido una linda experiencia porque de telas, menaje y cordonería, que son las tres áreas del negocio, no sabía absolutamente nada. Cuando cerramos el trato con mi tío Pedro, me dijo: “Ale, este negocio tiene más de cincuenta años, no me puedes defraudar”. Este mensaje representa un desafío para mí porque es un negocio familiar. Mi aporte ha sido revivir el área del menaje e innovar con el uso de tecnología en sistemas de gestión, pero sobre todo darle un sello más juvenil al negocio, incorporando telas más coloridas y novedosas. Mi señora me ayuda con la elección.

¿Los proveedores son nacionales?
En menaje trabajamos con producto nacional, pero el fuerte es la importación proveniente de China, Colombia y algo de Brasil. En el caso de las telas, solo una es industria chilena porque todas las demás quebraron y el resto es noventa por ciento de China y de Corea, y un pequeño porcentaje es de España y de Turquía.

CALIDAD Y VARIEDAD

 ¿Qué prima en las telas de Almacenes Daire?
Ale: Mi lema en el negocio es vender, por sobre todo, calidad. A esto se suma la variedad de productos y las diferentes alternativas de precios, por ejemplo, en encajes tenemos veinticinco colores y cuatro variedades distintas. Esto es algo que aprendí de mi tío Pedro, nada puede faltar. Además, aquí todas las personas son bienvenidas y nuestra atención es personalizada, algo que en el mercado se ha perdido en el último tiempo, pero que nosotros conservamos desde que partió la tienda con mi abuelo.

Abdo: Esto es algo que no queremos perder. Mucha gente no sabe que nosotros estamos a cargo del negocio, lo que prevalece es la identidad y la tradición de una tienda que es ubicable y reconocida por todos.

Comentaban que debieron postergar ciertos proyectos, ¿qué tienen en mente?
Ale: Crear tres nuevas sucursales en Vicuña, Ovalle y Copiapó, porque estas ciudades tienen un público atractivo para este tipo de negocio. También me gusta la idea de instalar una importadora, viajar y regatear precios.

Abdo: La verdad es que en enero o febrero del 2020, dependiendo de la contingencia, yo desaparezco de la sociedad y dejo a Ale y a su señora como dueños exclusivos del negocio. Como participo muy poco, creo que es una buena decisión. Feliz de la vida que él siga solo.

¿Qué piensas de esta decisión de tu padre?
Era esperable porque lo veníamos conversando hace un tiempo. Es un paso importante para mí y con mi señora trabajamos perfectamente juntos, sabemos separar el ámbito laboral de lo personal, así que esperamos que nos siga yendo bien.

¿Y has pensado en la posibilidad de que tus hijos continúen con este negocio familiar?
Ale: Son muy chicos todavía, pero sí lo he pensado, incluso trabajan conmigo y les gusta. Ahora, soy de la idea de que ellos elijan libremente a lo que se quieren dedicar.

Abdo: Yo fui la oveja negra de la familia que quiso ser médico (se ríe). Sería lo más lindo que mis nietos dieran continuidad a este negocio.