Envuelbee: Menos plástico

Con la convicción de reducir el uso de plásticos que protegen y conservan los alimentos, Magdalena Echeverría y Trinidad Lira crearon Envuelbee. Envoltorios ecológicos de cera de abeja sustentables, lavables y reutilizables. Una apuesta verde que no sólo incentiva el cuidado del medio ambiente, sino que incorpora novedosos diseños. 

Por María Inés Manzo C. / Fotografía gentileza de Envuelbee (www.envuelbee.cl)

Desde que Envuelbee comenzó, a mediados del 2017, se han reemplazado más de veinte mil rollos de plástico film (o cuatrocientos mil metros de plástico), cifra que forma parte de su “informe alusa” y es la gran motivación de este emprendimiento sustentable.  En mayo de este año ganó el segundo lugar en el concurso Desafío Emprendedor de Desafío Levantemos Chile y Banco de Chile, en el cual se reúnen más de veinte mil emprendimientos de todo el país.

Magdalena Echeverría y Trinidad Lira son santiaguinas, pero hace un par de años viven en Puerto Varas, ciudad donde se encuentra su base operativa. “Antes de Envuelbee no nos conocíamos y creemos que el habernos encontrado, en el sur de nuestro país, fue obra del destino. Trinidad estuvo viviendo un periodo en Estados Unidos y allá supo de una marca gringa que trabajaba con este tipo de envoltorios. Regresó con la idea de implementarlo aquí y, sin saberlo, paralelamente yo estaba haciendo lo mismo, desarrollando la idea e investigando. Fue gracias una amiga en común, que nos presentó, que nos dimos cuenta de que estábamos en la misma sintonía. Y no sólo eso, sino que vivíamos a dos cuadras de distancia y éramos apoderadas del mismo jardín infantil”, recuerda Magdalena.

Como ambas estaban con prototipos desarrollados se atrevieron y apostaron por asociarse, pues para ellas no tenía ningún sentido competir. Magdalena es publicista y Trinidad estudió arte, cada una con experiencia en emprendimientos y en la creación de productos.

“El principio de las telas enceradas existe desde el tiempo de los egipcios. Era algo que se usaba, normalmente, en la antigüedad para tapar vasijas y conservar alimentos. Con el paso de los años fue quedando en el olvido por otro tipo de elementos como el plástico film y las bolsas resellables. Si bien hay mucha información de cómo hacer este tipo de telas, en formatos caseros, nuestra idea era perfeccionar un diseño hasta dar con un producto comercializable y con todas las condiciones de duración, tamaños adecuados y parámetros sustentables que queríamos”.

¿Cuáles son sus propiedades?
El activo principal es la cera de abeja, que le da la propiedad antibacteriana y antimicótica (capacidad de evitar el crecimiento de algunos tipos de hongos). A ella le adicionamos resina de pino que ayuda para el tema de la adherencia; y aceite de coco, que aporta a la maleabilidad del producto. Es decir, para que la tela no quede rígida.

APUESTA VERDE

Envuelbee se utiliza para proteger y conservar alimentos, ya sea directamente sobre ellos (frutas, verduras, sándwiches, pan, etc.) o cubriendo platos y bowls. Sus lindos diseños han llamado mucho la atención porque son un complemento perfecto para decorar la cocina o las mesas de las casas.

Sus packs se acomodan a cada necesidad desde paños de tamaños s a xl, surtidos y para snacks. Una de sus últimas novedades son las prácticas Beebags, bolsa que permite guardar el pan y los alimentos de gran tamaño dentro y fuera del refrigerador. “El pan es un alimento transversal en las casas chilenas y también uno de los que más se botan. Funciona muy bien desde panes corrientes hasta de masas fermentadas. Una clásica marraqueta puede mantenerse una semana en perfectas condiciones. También lanzamos el pack matrimonio que contiene todos los Envuelbees en un empaque especial, ideal para comenzar una vida más sustentable”.

Uno de sus fuertes es que son productos lavables y reutilizables (hasta sesenta veces). “Para conservar sus propiedades se recomienda lavar sólo con agua fría. Si es necesario se le puede añadir una gotita de detergente y refregar suavemente. Por lo mismo si tapaste un recipiente donde la tela no estuvo en contacto con la comida, es suficiente limpiarlo con un paño húmedo. Como no absorbe los olores es el reemplazo perfecto para la alusa”.

Además son compostables…
Cuando termina su vida útil, porque el producto ya no se adhiere o no se logra hacer un paquete para envolver algún alimento, lo puedes picar en pedacitos y tirarlo a la compostera, pues son biodegradables. Esa es la gracia de que todos los ingredientes sean naturales. Por eso evitamos la cera sintética. Cuando empezamos este desarrollo nos dimos cuenta que si bien Chile está implementando una buena cultura de reciclaje, aún es muy lento. El verdadero problema es que tenemos que cambiar la forma de cómo consumimos, cómo elegimos las cosas que compramos. Si el empaque no es reutilizable es mejor preferir otro, por ejemplo.

Pero eso no es todo, en busca de hacerse cargo de todos los residuos que generan, este año comenzarán con un proyecto que involucra a la comunidad. “Cuando elaboramos los Envuelbees siempre queda un pequeño recorte de tela, por eso vamos a entregar todo ese material a una escuela diferencial de Puerto Varas. La idea es que confeccionen un iniciador de fuego (para fogatas, chimeneas o parrillas) y con la comercialización invertirlo en su misma escuela. Estamos muy contentas, es una linda iniciativa de inclusión social —la lanzaremos oficialmente el 7 de noviembre— que al mismo tiempo nos permite reutilizar”.

DESDE PUERTO VARAS

Cuando se asociaron Magdalena y Trinidad sabían que el proyecto se establecería desde Puerto Varas por la calidad de vida de sus familias y sus trabajadores; y sobre todo para poder tener tiempo de calidad con sus hijos. “Uno de nuestros fuertes es el e-commerce (www.envuelbee.cl) que nos ha permitido una venta a todo Chile, además de aliados estratégicos en distintas tiendas, con marcas y distribuidores. Por eso no ha sido necesario abrir un local en Santiago. Creemos que es muy importante aprovechar y fomentar la descentralización. Desde regiones podemos hacer cambios reales”.

“Asimismo, cuando trabajas con un producto que tiene que ver con sustentabilidad y cuidado del medio ambiente estar en un entorno relacionado con la naturaleza es esencial. Estamos más sensibles a lo que está pasando, porque aunque vivamos en el sur el cambio climático también lo estamos enfrentando. Vemos como el lago baja su nivel de agua o como el volcán cada año tiene menos nieve. Incluso la sequía está presente. Por eso tenemos una necesidad tremenda de retribuir”, agregan.

Su emprendimiento involucra directamente a las abejas, que cada año ve amenazada su población, ¿Cómo se hacen cargo?
Nos hemos querido acercar harto al mundo apícola y por eso apadrinamos una colmena. Es un proyecto en Cochamó, Región de Los Lagos, que se llama Raymapu. Como empresa financiamos la operación básica de esta y permite que el proceso sea amigable con las abejas, que mantengan una buena población, sana, sin presión para su producción. Por otro lado, para la obtención de la cera (subproducto de la miel) trabajamos con distintos proveedores locales que agrupan a pequeños apicultores.

¿Realizan charlas?
Sí, estamos constantemente trabajando con colegios de Puerto Varas, Puerto Montt y en Santiago. Creemos que es muy importante inculcar estos temas desde chicos, plantear la idea de un consumo consciente e ir reemplazando los materiales dañinos para el medio ambiente.

 ¿Cuál es su meta?
Queremos masificar el uso de Envuelbee, que se utilice en todo Chile y sea una alternativa que reemplace al plástico. Es decir, que sea parte de las canastas básicas Por eso estamos planeando nuevos canales de distribución, ya vendemos en Falabella online en la sección Más Verde y esperamos llegar a los supermercados. Paralelamente, estamos empezando nuestra operación en México. Estamos con muchos proyectos para vender en otros países, de hacer más productos. Todo de la mano de la innovación y el diseño, porque sentimos que es muy importante ir a la vanguardia.

“Buscamos que Envuelbee se use en todo Chile y sea una alternativa que reemplace al plástico.