Constanza Cerda: La oportunidad de dar amor  

Encargada de difusión y reclutamiento de ADRA

Reclutar familias que estén dispuestas a generar un vínculo de afecto con menores cuyos derechos son vulnerados y, al mismo tiempo, que tengan la capacidad de desprenderse de ellos, no es tarea fácil. Esta es la ardua labor de Constanza, quien como trabajadora social de ADRA, busca visibilizar la cruenta y desconocida realidad que viven niños y adolescentes en nuestra región.

Por Verónica Ramos B. / Fotografía: Francisco Díaz U.

En la provincia de Elqui, región de Coquimbo, de ciento veinticinco niños que requieren ser cuidados y protegidos dentro de una condición idónea para un desarrollo sano, solo cuatro han encontrado el amor generoso de un hogar con una familia externa. Y es que tras la decisión judicial del Tribunal de Familia, todos aquellos niños, niñas y adolescentes cuyos derechos son vulnerados, deben ser separados de sus familias de origen mientras se realizan las acciones pertinentes para restablecer su derecho a vivir con ellas.

Y es durante este lapso de tiempo, el que puede extenderse durante meses o años, cuando las familias de acogida o guardadoras cumplen un rol fundamental en la restitución del derecho de un menor a vivir y crecer en un hogar estable, seguro y protegido. Quien ha tomado esta misión, como colaborador acreditado del SENAME, desde 1994 y a través del Programa FAE, es la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales, ADRA Chile, presente en nueve ciudades de nuestro país, entre ellas, La Serena.

Constanza Cerda, trabajadora social de ADRA, tiene la noble y compleja tarea de reclutar a familias de acogida en varias comunas de la provincia de Elqui, pero además se le ha encomendado gestionar la difusión del Programa FAE, ante la acotada cifra de familias guardadoras en la zona.

¿Cuál es el diagnóstico de este déficit?
Lo primero es la falta de recursos para difundir los programas. Nosotros contamos con cinco duplas formadas por un trabajador social y un sicólogo, más tres técnicos sociales de apoyo. Cada dupla trabaja con veinticinco niños, además de sus familias de origen y sus familias de acogida. La labor es de atención, entregamos soluciones a una serie de situaciones de crisis y enviamos, cada uno o tres meses, un informe al Tribunal de Familia, entonces la carga de trabajo es tan intensa que el tiempo destinado a la difusión del programa es mínima. Hoy, el SENAME regional nos exige un encargado para esta área, de manera que ADRA se suma a esta apuesta y es por eso que, en agosto, asumí esta labor.

Además del desconocimiento de este programa, acoger a un menor para su cuidado y que luego deje de pertenecer a ese núcleo familiar, es un tema sensible y delicado
La gente tiene miedo de ser familia de acogida, porque temen a la pérdida y al dolor que les pueda generar la ausencia del niño. Yo diría que este motivo es el principal para negarse a ser familia guardadora; incluso, hay personas que derechamente me dicen que no serían capaces de tolerar esa separación y critican el programa porque no entienden su propósito.

¿Y qué respondes frente a ello?
Siempre les digo a las personas que el acogimiento conlleva muchas veces dolor, pero este sentimiento proviene del amor entregado. Donde se debe poner el foco es en el interés superior del niño, porque lo que más necesita es amor.

 ¿Cómo lograr que se entienda?
No podemos hacer difusión sin sensibilizar. Ahora, no todas las familias pueden ser familias de acogida, ya sea porque viven en situación de estrés o están en plena crianza o porque simplemente no es el momento para hacerlo. Varias familias se me han acercado porque están interesadas y luego, se pierden durante el proceso. Mi objetivo no es convencer, el interés de la familia por acoger se debe dar de manera natural y desinteresadamente.

 ¿Qué características comunes tienen las familias de acogida?
Por lo general son biparentales, aunque también pueden ser personas solas, homoparentales u homomaternales; no existe ningún tipo de discriminación al respecto y todos tienen derecho a postular.

¿Qué edad de los menores se prioriza para quedar al cuidado temporal de una familia de acogida?
Normalmente se prioriza la primera infancia, es decir, de cero a seis años, porque a esa edad los niños están desarrollando su cerebro, aún es moldeable y eso es muy beneficioso. Tenemos el caso de una niña de ocho años que vive con una familia guardadora desde los seis, y hay otro caso de dos hermanitos que llevan un buen tiempo con una familia de acogida.

LA EXPERIENCIA DE ACOGER

De acuerdo al último informe de la UNICEF, seis de cada diez niños en nuestro país son maltratados sicológica y físicamente. De las vulneraciones o faltas a los derechos del niño se constatan el abuso sexual, el trabajo infantil, problemas con la justicia, consumo de drogas, niños testigos de violencia familiar, dificultades del entorno y abandono físico o emocional.

“Es tremendamente doloroso ver que existen dinámicas violentas dentro de la familia y esta cifra, sin duda, es alarmante. Nos encontramos con una sociedad civil que aún no visualiza la importancia del buen trato en la primera infancia. Debemos tomar conciencia del daño asociado que esto conlleva, porque muchas veces se van repitiendo patrones. Lo que vivimos en la infancia marca el resto de nuestras vidas”, afirma Constanza.

¿Qué requisitos deben cumplir las familias de acogida?
Interés y aptitudes para la crianza infantil, ingresos económicos estables del grupo familiar, salud psíquica y física compatible con las labores propias del acogimiento familiar y mantener vínculos de afecto al igual que de desprendimiento, ya que el niño o niña deberá regresar con su familia de origen, o bien, irse a vivir definitivamente con su familia adoptiva.

¿Cómo viven esta experiencia las familias guardadoras?
Las familias de acogida tienen la posibilidad de mostrar a sus hijos otra realidad, de manera que el acogimiento se transforme en una gran oportunidad de crecimiento para todos los integrantes del grupo familiar. Es un proyecto en el que todos se involucran.

¿Y qué nos puedes contar de los niños que son acogidos?
No deja de ser complejo para un niño poder entender lo que pasa y adaptarse a un nuevo núcleo familiar. No es un proceso fácil, sin embargo, al final del camino, cuando ha pasado el tiempo, vemos que son otros niños y eso es lo gratificante de nuestro trabajo. El programa Familia de Acogida es la última instancia antes de una residencia del SENAME, entonces claramente es la mejor opción para los menores.

¿Conoces algún caso en que una familia guardadora haya tenido la posibilidad de adoptar?
No, pero que hayan tenido intenciones, sí. La familia de acogida tiene la oportunidad de adopción únicamente en casos de niños que tienen una edad avanzada. Lamentablemente, no tienen mayor opción de adoptar a niños de primera infancia.

¿Qué opinas al respecto, porque la Cámara de Diputados aprobó no priorizar a las familias de acogida para la adopción?
No me parece. Las familias guardadoras debieran tener la prioridad de adoptar a ese niño que acogieron, cuidaron y dieron amor. Claramente no se está velando por el interés superior del niño y se le hace un daño.

¿Qué le dirías a las familias que están leyendo esta entrevista y que podrían acoger a un niño o niña en sus hogares?
Que se atrevan a dar el paso y vivan esta hermosa experiencia de amor y de entrega. Entre tanta crítica donde toda la responsabilidad recae en el Estado y en el SENAME, hoy, las personas tienen la oportunidad de hacer algo por la infancia de nuestro país, superando sus propios miedos y atreviéndose a la posibilidad que nos brinda el amor gratuito. Mi invitación es a que conozcan nuestro programa en www.adra.cl Hace poco tuvimos el lanzamiento oficial de nuestro programa y esperamos que todos se sumen a este gran y hermoso desafío.

 

“Mi objetivo no es convencer, el interés de la familia por acoger se debe dar de manera natural y desinteresadamente”.

“El programa Familia de Acogida es la última instancia antes de una residencia del SENAME, entonces claramente es la mejor opción para los menores”.

“Entre tanta crítica donde toda la responsabilidad recae en el Estado y en el SENAME, hoy, las personas tienen la oportunidad de hacer algo por la infancia de nuestro país”.