Lecciones del eclipse solar

Por Arturo Gómez M.

No es raro, entre los chilenos, sacar lecciones de experiencias masivas, cuando están involucradas miles de personas. Lo vemos en aquellos meses cuando debemos renovar la patente o llevar el auto a una revisión anual. Siempre vamos dejando las cosas para el último día. Bueno, debo confesar que, a veces, también pertenezco a ese grupo.

 La experiencia del eclipse solar, en la zona central de Chile, nos indicó que no hemos cambiado en nada frente a las innumerables indicaciones previas al evento. Lo bueno de todo esto es que las personas ya saben que, para el próximo año, en diciembre, todos estarán mejor preparados para el masivo desplazamiento de vehículos hacia las ciudades de Villarrica y Pucón.

Fue muy positivo el enorme interés que produjo, desde meses antes del eclipse, la cobertura en los medios, sobre lo que íbamos a ver y lo que debíamos usar para proteger nuestros ojos de la brillante luz solar. La venta de los lentes solares fue pausada y lenta. Los precios estaban dentro de los rangos normales en el comercio formal. Pero, cuando faltaban tres días para el eclipse, vino la desesperación por comprar los famosos lentes.

Su precio se elevó hasta cinco y diez veces su valor normal. Y la gente los pagó. Lo mismo sucedió con los arriendos de departamentos en la cuarta región.

Muchos creyeron que el ir y volver en el día a La Serena, para después regresar a sus lugares de origen, iba a ser relativamente sencillo y se encontraron con las carreteras colapsadas, y lo que normalmente se hacía en dos horas de viaje, se prolongó por más de diez horas.

Afortunadamente, para esos malos momentos, la experiencia de ver por primera vez un eclipse total de sol hizo desaparecer, rápidamente, esa sensación de incomodidad. Tanto es así que muchos de aquellos que estuvieron en la cuarta región, irán al sur a ver, por segunda vez, un eclipse solar en diciembre del 2020.

Desde ya podemos prepararnos para lo que vendrá en diciembre del próximo año. Como la zona de la totalidad abarcará una gran área, se pueden arrendar departamentos o casas en pueblos aledaños a Pucón y Villarrica y no será necesario estar en esas dos ciudades «top».

El eclipse se producirá al medio día y tendrá una duración, su totalidad, de solamente dos minutos, a diferencia de los dos minutos y treinta segundos que se apreciaron en La Higuera. Es probable que muchas personas permanezcan por varios días en esa zona, lo que permite suponer que el desplazamiento vehicular no será tan intenso, como lo fue en la cuarta región.

El eclipse de julio de este año hizo que un gran número de personas, especialmente los niños, se interesaran por la astronomía y, en los colegios, se promovieran concursos de dibujo relativos a lo que ellos, los niños, vieron durante el eclipse. También llamó la atención que muchos de estos jóvenes estén pensando en estudiar la carrera de astronomía.

La idea no es mala, ya que la enorme cantidad de observatorios astronómicos en la zona norte de Chile da la posibilidad de encontrar trabajo tanto para astrónomos como para ingenieros en informática.

Creemos que, en los próximos meses, nuevamente vendrá el interés por la observación astronómica, cuando nos acerquemos a diciembre del 2020 y veamos, por última vez, un eclipse total de sol. Pasarán muchos años antes de que ocurra otro eclipse similar. El próximo será en el año 2048. Así que la última oportunidad de ver un exclusivo y único fenómeno solar total será en diciembre del 2020. Ya sabemos los pros y los contras, a los cuales nos enfrentaremos una vez más, dentro de dieciséis meses más.