Changonautas: Expedicionarios del mar

Tienen ocupaciones y profesiones muy distintas, pero cuando se ponen sus trajes  y equipos y se dirigen mar adentro para sumergirse en la profundidad del océano, todos, sin excepción, se convierten en exploradores marinos unidos por dos grandes pasiones: el buceo y la fotografía submarina. Actualmente, dieciséis buzos integran a los Changonautas, una agrupación que nace en la costa de la Región de Coquimbo y que paso a paso se abre espacio en la comunidad.

Por Verónica Ramos B. / Fotografía: Francisco Díaz U.

Para arrendar un bote en las distintas caletas de la zona y así hacer expediciones en lugares más profundos y complejos, un grupo de seis buzos se vieron en la necesidad de resolver juntos esta logística. No existían mayores lazos de amistad entre ellos, pues lo único que los unía era el buceo y la condición para formar parte del trato era que cada uno debía tener su propio equipo.

“Este grupo partió en el 2012, luego se fueron integrando las parejas de colegas, de amigos y de buzos, de manera que empezaron a participar mujeres y eso significó un cambio positivo, porque se reguló el vocabulario y el trato, entre otras cosas. En los últimos dos años, se empezó a complejizar el grupo y el setenta por ciento de la membresía de lo que hoy es Changonautas, se generó en ese entonces”, recuerda Cristián Sepúlveda, biólogo marino, investigador del departamento de Acuicultura de la Facultad de Ciencias del Mar de la UCN, buzo, fotógrafo submarino y uno de los pioneros de esta agrupación.

Francisco Sepúlveda es ecuatoriano, médico general y se certificó en buceo avanzado hace dos años en Las Tacas. “Mis padres tienen una casa en la costa de Ecuador y siempre he estado vinculado al mar, incluso quería estudiar Bilogía Marina. Mis primeros pasos en el buceo fueron en Galápagos y cuando llegué a Chile, decidí certificarme y fue así como conocí a varios de los buzos que integran este grupo. Primero hicimos un grupo en wasap y el nombre fue cambiando con el tiempo, hasta que decidimos bautizarlo como Changonautas”, enfatiza Francisco, quien además se encarga de difundir las expediciones y actividades del grupo en las redes sociales.

En este juego de palabras, los buzos encontraron su mejor representatividad. “Changos por la identidad propia de este pueblo indígena que habitó en la costa y nautas porque somos expedicionarios marinos. Hicimos un logo también que tiene una serie de íconos que nos identifican. El buzo con la máscara y el regulador, la bandera de buceo, una mantarraya que vive en La Herradura de Coquimbo y que es muy esquiva, signos incásicos y estrellas”, agrega Francisco.

¿Actualmente quiénes conforman Changonautas?
F: Somos dieciséis buzos con profesiones distintas, entre ellas, biólogos marinos, ingenieros y médicos, un arquitecto, una enfermera, un veterinario y un artillero. Es un grupo bien heterogéneo, pero todos tenemos en común la fascinación de estar en un medio o ambiente que no es habitual y que nos permite apreciar criaturas increíbles.

¿Y con objetivos ya establecidos?
F: Lo que buscamos es promover y posicionar el buceo en la región. Por otra parte, esperamos gestionar prontamente la responsabilidad jurídica del grupo, así como también, generar nuevos proyectos y expediciones.

¿Están abiertos a integrar más buzos al grupo?
C: El sentido común dice que debemos conocernos en el agua. Este es un deporte que requiere cierto estándar, porque los riesgos son muchos. Ahora, no necesitamos ser amigos, aquí lo que importa es que debajo del agua seamos pareja, compañeros.

FOTOGRAFÍA SUBMARINA

Si hay algo que identifica a los Changonautas hoy es la otra gran pasión de sus integrantes. La fotografía submarina es lo que ha permitido visibilizar ese maravilloso mundo submarino en la comunidad, a través de una exposición que partió tímidamente en una cafetería en el centro de La Serena, propiedad de uno de los buzos del grupo.

Sin imaginar el impacto que tendrían estas capturas, los Changonautas no han dado descanso a la muestra. En pocos meses, se han presentado en la Facultad de Ciencias del Mar de la UCN, en la sede de la Hermandad de la Costa de Coquimbo, en Integramédica, en el Centro Cultural Arte Vida y en la biblioteca de la Universidad de La Serena.

¿Cómo surge la idea de exponer estas creaciones propias?
C: Los cinco buzos del grupo que nos dedicamos a la fotografía submarina —Andrés Lazo, Pablo Fernández, Marcelo González, María Isabel Hermoso y yo—, muchas veces discutimos sobre la técnica o de cómo captar el momento preciso en una buena foto. Como tenemos buenas cámaras, nos pusimos más estudiosos en el tema. Las fotos que obteníamos solíamos regalarlas para Navidad o para un cumpleaños y las personas quedaban fascinadas. En el proceso en que se van integrando más buzos surge el cuestionamiento de qué podemos hacer con esas fotos y así nace la idea, como identidad de grupo, de realizar una exposición.

F: Nos tomó ocho meses concretar la idea y la primera muestra tuvo un impacto muy positivo, incluso tenemos la agenda completa para el resto del año.

¿Cuál es la temática de la muestra?
C: Somos siete expositores y cada uno presentó tres fotos. Son tres temáticas y la más habitual es el macro que permite el acercamiento a un alga o crustáceo. La otra es de estructuras marinas sumergidas con fotos de naufragios y hay un par de gran angular de un big picture que son muy buenas

¿Qué ha hecho que esta muestra tenga tan buena recepción en el público de la zona?
C: La gente está acostumbrada a apreciar las imágenes marinas del Caribe, sin embargo, en esta exposición te sorprendes de las figuras, de la simetría y de seres que tienen una gran diversidad de formas. Cuando nos presentamos en la feria costera que se hace en la Facultad de Ciencias del Mar de la UCN, nuestros propios colegas estaban sorprendidos de las imágenes. Recibimos muchos alumnos de colegios de Coquimbo y quedaron muy asombrados. Lo positivo es que sirvió como plataforma para poder enseñar.

Por las características de nuestro océano no debe ser fácil obtener este tipo de fotografías
C: Estamos en el Pacífico sur oriental que tiene cuatro características: muy expuesto, muy helado, muy turbio y muy correntoso. Ahora, si puedes bucear aquí, entonces puedes bucear en cualquier parte. Tomar fotografías aquí no es fácil, porque es muy oscuro, entonces debe ser solo de día y con una buena cámara. Cuando vas entrando a la profundidad, la longitud de ondas se va extinguiendo y cada vez se vuelve más oscuro y abajo solo ves sombras, entonces el flash lo que hace es revelar este fondo y debes ser muy experto para saber lo que vas a encontrar. Generalmente bajamos con muchos focos y eso es importante señalar porque, además, los equipos son caros.

PUEBLO HUNDIDO

Changonautas marcó un hito con un buceo en Gualliguaica, el pueblo sumergido bajo las aguas del Embalse Puclaro. ¿Qué tal fue esa experiencia?
F: Fue impresionante porque nadie de esta zona había buceado acá, sabemos que sí lo hizo, tiempo atrás, un grupo de buzos que están entre los diez mejores del país. Los Changonautas debimos pedir una serie de permisos para hacerlo y nos capacitamos porque se trata de un buceo a quinientos metros sobre el nivel del mar. Lamentablemente no todos cumplimos el objetivo de ruta porque el agua estaba muy turbia y la navegación fue compleja. El grupo se separó y solo algunos llegaron al pueblo hundido.

¿Y qué pudieron apreciar?
F: Gran parte de la estructura de este pueblo era de adobe, de manera que solo vimos los cimientos. Nos encontramos con los rieles del tren, durmientes, los muros de la iglesia y de la estación del tren. Fue muy interesante y tenemos un buen registro de ello.

¿Cuáles son las proyecciones de Changonautas?
F: Tenemos los medios, la inteligencia y la gestión para hacer grandes cosas. Se vienen más proyectos, capacitaciones y expediciones. Queremos seguir mejorando y creciendo.

C: A todos nos une ver un mar limpio, sano y con un plan de manejo sostenible. Cuando tengamos la personalidad jurídica vamos a tener que sentarnos a conversar respecto a qué haremos, porque aquí a nadie le falta pasión, pero debemos poner los temas sobre la mesa y, en lo personal, creo que uno de ellos debe ser la educación que entregamos a nuestros niños respecto al mar. Debemos instrumentalizar algunas cosas para acceder a fondos públicos, no podemos seguir pensando que esto crecerá solo con aportes propios. Hay muchos desafíos y siento que estamos recién partiendo.

 

“Es un grupo bien heterogéneo, pero todos tenemos en común la fascinación de estar en un medio o ambiente que no es habitual y que nos permite apreciar criaturas increíbles”, Francisco Sepúlveda.

“La gente está acostumbrada a apreciar las imágenes marinas del Caribe, sin embargo, en esta exposición te sorprendes de las figuras, de la simetría y de seres que tienen una gran diversidad de formas”, Cristián Sepúlveda.