Pluvia: Especialistas de la lluvia

Más de setenta y cinco años de tradición familiar, cambios sociales y del mercado han sido parte de la historia de Pluvia. Actual marca líder en el desarrollo y diseño de paraguas chilenos que decidió reinventarse ante la demanda de moda y nuevas tecnologías.

Por María Inés Manzo C. / Fotografías Andrea Barceló A. y gentileza de Pluvia

 

Antiguamente, en la zona centro sur del país, era habitual ver en invierno a varias personas con sus largos abrigos y sombreros a la medida, guantes de cuero y un infaltable accesorio: un clásico paraguas Astor, marca que quedó en el inconsciente colectivo como un sinónimo de elegancia y calidad.

De aquello han pasado más de setenta y cinco años y es parte de la historia de una empresa que se ha reinventado a lo largo de tres generaciones bajo la Sociedad Comercial e Industrial Maluk S.A. (SOCIMA) y sus marcas de paraguas Astor, Pluvia y Vogue (importada desde España); y Manno (decoración y accesorios). Pero siempre desde Valparaíso hacia todo Chile, con un sello regionalista y a la vez global, que los ha diferenciado en el mercado.

“Nuestros orígenes se remontan a la década de los cuarenta en Valparaíso. Esta empresa la iniciaron nuestros padres con la comercialización de productos importados y otros confeccionados en Chile. Se producían camisas, pañuelos, corbatas y paraguas bajo la marca Astor, llegando a los años cincuenta como la mayor fábrica de paraguas del país”, cuentan Juan Carlos Maluk, gerente general de la empresa, junto a Víctor Maluk, gerente de administración y finanzas. Primos hermanos que lideran el negocio desde Curauma, donde se trasladaron hace ocho años desde la ciudad puerto.

Junto a ellos —de la segunda generación— también participan Wilma Maluk, como gerente comercial desde Santiago y a cargo de la sala de ventas; y de la tercera generación Loreto Maluk, brand manager con sus primos Víctor Manuel, uno de los encargados de despacho, y Karima, encargada de redes sociales.

TRADICIÓN PARAGÜERA

“A diferencia de otras familias que trabajan juntas, nunca hemos tenido grandes problemas y nos hemos manejado muy bien, cada uno en su área y también en equipo. Nuestros padres, sin duda, como fundadores tuvieron mucha fuerza y perseverancia en el negocio, estuvieron sesenta años juntos y es un espíritu que se ha prolongado en las nuevas generaciones”, cuenta Juan Carlos.

“Además ellos eran emigrantes sirios, en ese tiempo estaba viva nuestra abuela paterna y la materna. Había mucha actividad familiar obligada los fines de semana y desde muy chicos estuvimos involucrados en el negocio. Por ejemplo, para nuestras vacaciones íbamos a contar mercadería para el inventario o jugábamos entre las máquinas”, agrega Víctor.

“Como parte de la tercera generación, siento que hay un sentido de compromiso y responsabilidad con la empresa, tanto por nuestra familia como de nuestros empleados. Somos apasionados, queremos ser los mejores y la verdad es que nos encanta”, señala Loreto.

Hoy sus paraguas los importan desde China, pero antiguamente se fabricaban en Chile…
J: Sí, pero hemos pasado por distintas etapas y nos hemos acomodado al mercado. Cuando éramos chicos se traían los paraguas de afuera, después se traía parte de ellos del extranjero, como los armazones o varillas desde Alemania. En el año setenta se empezaron a cerrar las importaciones en el país y tuvimos que hacer todo aquí. Se montó una fábrica de armazones en Valparaíso y luego en Santiago de corbatas, donde también se confeccionaban telas para quitasoles y paraguas. Después la tela se traía de Japón y así… Hoy si bien se fabrica en China, porque económicamente es más rentable, muchos de nuestros diseños son chilenos e ideados por nosotros.

¿Cuándo se decide cerrar definitivamente la fabricación nacional?
J: Esa fue una decisión de nuestra generación, pero ya en los setenta traíamos de Taiwán y China, cuando empezaron a bajar los aranceles en Chile. Seguimos con Japón y Hong Kong. Eran cantidades enormes, incluso más de las que traemos ahora, pero siempre preocupados de la calidad. Por eso viajamos con mi prima Wilma a comprar a China todos los años (ya llevo treinta años). Vamos definiendo los mejores productos, luego de una larga selección.

¿Por qué se mantuvo la marca Astor?
V: Mucha gente se acuerda del paraguas Astor porque era muy firme y duradero; antes costaba lo mismo que un par de zapatos. Incluso recuerdo que le vendíamos repuestos a la Antigua Paragüería Colón, porque la gente los reparaba y quedaban como nuevos. Hoy los paraguas duran menos, a pesar de que tenemos algunos estupendos que duran diez años, fácilmente. Por eso es que nuestra marca histórica sigue funcionando, pero también la nueva generación trajo consigo renovación de productos.

La familia Maluk también nos cuenta lo difícil que fue la decisión de manejar todo desde Valparaíso —lo que hoy es mucho más fácil gracias a la tecnología—, pero la calidad de vida en la región era impagable. Sobrevivieron a grandes crisis financieras del país, pérdidas de mercadería importada que llegó en mal estado, caídas del dólar, cambios del mercado y competencia más barata, pero de calidad inferior. Por ello, por muchos años, las importaciones de otro tipo de productos eran las que sostenían la empresa.

“Llegamos a traer carpas, productos para pescar, de librería, ferretería, muebles de rattan y bambú, entre otros. Hoy estamos más focalizados en nuestros paraguas y accesorios de uso personal y decoración. En ese sentido también fuimos innovadores, en tiempos que no existía Casaideas ni se vendía decoración en las grandes tiendas. Siempre nos estamos reinventando. Tenemos regalos corporativos e incluso diseñamos a pedido detalles tan bonitos como miniaturas de trolebuses y ascensores de Valparaíso”, señala Víctor.

NUEVOS AIRES

“Le dedicamos miles de horas a una colección de paraguas, porque todos los detalles son igual de importantes desde el tamaño, el mango, el armazón, a la tecnología de las telas (como es el windproof o a prueba de viento, que si se da vuelta regresa a su forma original, no se quiebra). Diseñamos para clientes específicos o grandes tiendas y hoy tenemos tres líneas de paraguas para adultos (básica, trendy y clásica), más la línea infantil. Y en cada línea o familia de paraguas trabajamos diferentes colores lisos o estampados”, señala Loreto.

Así nos cuenta que Pluvia —nombre que fue creado en un concurso con todos sus trabajadores— nació como una manera de renovar los clásicos paraguas Astor, y con la idea de su tía Wilma de incluir la moda y tendencias del mercado internacional. En este sentido, la línea trendy lidera con novedosos diseños animal print, floreados, con colores flúor, entre muchos otros.

¿Cuáles son los paraguas más novedosos?
L: El smart que queda parado y se abre al revés. La gracia de este paraguas es que cuando lo cierras el agua escurre y lo mojado queda adentro. Si te subes a una micro o al auto no te vas a mojar el pantalón al tenerlo en las piernas. Otro que gusta bastante, sobre todo a la gente del sur, es el de dieciséis varillas (de fibra de vidrio), porque es más grande y resistente al viento. Uno de nuestros modelos más cotizados para hombre es un paraguas mini con tecnología “abre y cierra atomático”, tela estampada y mango eco cuero. También el de doble tela por fuera o el mango de pato que es precioso. Y el que llama mucho la atención el modelo hongo, el mismo que usa la reina Isabel II.

¿Cómo trabajan el diseño?
L: Crea exclusivamente para nosotros una diseñadora chilena que vive en España y es especialista en paraguas. Por ejemplo, al diseñar un paraguas de dieciséis varillas debe trabajar con dieciséis paneles de tela, en los cuales debe calzar tanto el diseño como el corte. Tiene que ser muy bien pensado y estudiado para que quede bonito.

Ustedes además tienen una línea UV…
L: Sí el tema con el UV lo estamos trabajando hace unos diez años, pero recién se ha empezado a toma un poco más de conciencia con el tema del sol. Hemos colocado stands en grandes tiendas con sombreros, viseras y paraguas para el sol, pero aún nos cuesta asumir que el cambio climático nos está obligando a protegernos más allá del bloqueador.

¿Cuál ha sido el mayor desafío?
J: El gran problema del paraguas es que si bien hemos invertido en diseño, tecnología y calidad, si no llueve cuesta mucho venderlo. Sin duda el clima impacta muchísimo y más aún cuando hay sequía. Por eso es un mérito de nuestro equipo, especialmente de Wilma y Loreto, que hoy se vea al paraguas como un accesorio de moda, combinable con la ropa como los zapatos o carteras; que puedas regalar para un cumpleaños, el Día de la Madre o Padre.

 

«A diferencia de otras familias que trabajan juntas, nunca hemos tenido grandes problemas y nos hemos manejado muy bien, cada uno en su área y también en equipo. Nuestros padres, sin duda, como fundadores tuvieron mucha fuerza y perseverancia en el negocio, estuvieron sesenta años juntos y es un espíritu que se ha prolongado en las nuevas generaciones”.

Le dedicamos miles de horas a una colección de paraguas, porque todos los detalles son igual de importantes desde el tamaño, el mango, el armazón, a la tecnología de las telas. Diseñamos para clientes específicos o grandes tiendas y hoy tenemos tres líneas de paraguas para adultos (básica, trendy y clásica), más la línea infantil”.

«Sin duda el clima impacta muchísimo y más aún cuando hay sequía. Por eso es un mérito de nuestro equipo que hoy se vea al paraguas como un accesorio de moda, combinable con la ropa como los zapatos o carteras; que puedas regalar para un cumpleaños, el Día de la Madre o Padre”.