María José Godoy: Descubrir, disfrutar, aprender

Rechangeando

Rechangueando es un centro cultural de bolsillo al aire libre que busca recuperar espacios públicos abandonados a través de la gestión cultural. La playa Las Almejas es el escenario donde hoy se desarrollan diversas actividades en torno al mar, pues la idea es lograr la visibilización de los valores del territorio y sus habitantes. Esta entrevista es una invitación a conectarse con la esencia de Antofagasta: mar, rocas y atardeceres inolvidables.

Por Soraya Valdivieso / Fotografías por Rodrigo Herrera

 

Durante los años ochenta, Las Almejas era la playa obligada de las familias con niños más pequeños en Antofagasta. En este escenario, un clásico: tomar té en la playa. Un termo, un par de sándwiches y listo, el mejor panorama familiar de toda una década.

María José Godoy, socióloga, analiza un poco más allá y describe esa escena como prácticas culturales que generan conductas positivas en toda sociedad, pues nos entregan puntos de encuentro donde podemos compartir y reflexionar, lo que nos consolida como comunidades.

María José estudió en Iquique y vivió un intenso periodo en el sur, donde afianzó un lazo cercano con la naturaleza. Al volver a Antofagasta, junto a su pareja Francisco y sus hijos Simón y Renato, se reinsertó en el mundo laboral y, según confiesa, “miré la ciudad con otros ojos y me gustó lo que encontré”.

Casi por casualidad, retomó contacto con Fernando Zúñiga, antropólogo, quien es el cofundador de la Corporación ANF, donde ambos impulsan iniciativas que aporten al desarrollo integral de la ciudad en que habitan. En ese contexto, nace Rechangueando, una propuesta para poner en valor un espacio, entregando, además, información relevante para que la comunidad genere un vínculo con su entorno.

¿Cómo tu camino profesional fue relacionándose con el uso de los espacios urbanos?
Cuando volví a la ciudad trabajé en la municipalidad y ahí me reencontré con Fernando, mi socio y cofundador de la Corporación ANF. Tomamos el diplomado de Innovación Territorial Aplicada a la Macrozona Norte de la UCN, donde el principal desafío fue pensar en soluciones creativas a problemas de la ciudad. A partir de esas conversaciones comenzamos a trabajar juntos en algunas investigaciones y diagnósticos y surgió esta necesidad de concretar algún proyecto que nos permitiera acercarnos al borde costero, porque estábamos como divorciándonos de este espacio natural de rocas y conchas, donde antes era muy común reunirse y compartir.

¿A qué podría deberse este fenómeno?
Antofagasta se caracteriza porque mucha gente viene y va, por lo que las prácticas sociales a las que uno estaba acostumbrado van cambiando. Y claro, se produce un desarrollo que es necesario, pero desvinculando al sujeto de su entorno. La ciudad creció y nos encontramos con un Paseo del Mar que está muy lindo, áreas verdes, canchas… paseos. Un lugar como Las Almejas que nos invite a detenernos pasaba inadvertido. Sin intervención de infraestructura se ve como un espacio abandonado. Cuando nació esta idea había gente viviendo ahí, estaba oscuro y sucio.

Finalmente se convertía en una especie de punto negro…
Exacto. Esos son síntomas de un espacio abandonado. Presentamos la idea en el diplomado y recibimos muy buena retroalimentación. El proyecto global puede ser aplicado en muchos otros sectores, pero elegimos Las Almejas porque además es un lugar de fácil acceso. Así nació Rechangueando, una propuesta para recuperar el espacio desde nuestra identidad costera, que no es solo mar y arena, sino también aprovechando las rocas, las aves y en general, todo el contexto.

¿Por qué Rechangueando?
Por rescatar nuestra identidad changa al poner en valor el borde costero rocoso a través de la gestión cultural. Hoy la playa nuevamente es parte de nuestra cultura local y estamos felices de haber colaborado a lograr este importante hito.

¿Cómo fue el proceso para concretar esta idea?
Creamos nuestra corporación, ANF, para probar ideas y generar proyectos para la cuidad y la postulamos al Antofaemprende. Durante octubre de 2016, realizamos nuestra primera actividad llamada “Toma-té la playa”. Durante semanas pensamos cada detalle, llevamos la biblioteca —que era una estructura muy sencilla—, a un grupo de música e invitamos a la gente a tomarse la playa a través de una gran campaña de redes sociales que ejecutamos nosotros mismos.

¿Cuál fue el resultado?
Llegó mucha gente. Mucho más de lo que imaginamos. Todos llevaban lo necesario para compartir un té en familia. Fue un poco mágico. Pasamos una película en alianza con Cine en tu Cancha y la jornada fue muy motivadora. Logramos dar el primer paso, intervenir el espacio y abrir un sitio de encuentro ciudadano. Después de eso, ganamos ese importante primer fondo y decidimos invertir en algo que nos permitiera mantener sustentable el lugar hasta hoy, nuestro food track.

¿Cómo mantienen esta infraestructura urbana?
Estamos convencidos de que en la medida en que los espacios son estéticamente bonitos, inclusivos y gratuitos, las personas los respetan. Aquí todos son bienvenidos: pueden llegar y sacar un libro, lo que genera un compromiso de usar y devolver. Lo mismo con las mantitas. Cualquiera de nosotros puede llegar y disfrutar de un libro y del atardecer.

¿Cuáles son sus propuestas?
Las propuestas de valor de Rechangueando son Cine Bajo las Estrellas con funciones de cine infantil o familiar; Biblioteca Al Aire Libro, que es totalmente gratuita y opera mediante la donación, intercambio y uso de libros en el espacio; Observatorio Urbano de Aves que nos acerca a las especies que habitan en el borde costero de la ciudad; el Observatorio Urbano del Intermareal para avistar y reconocer las especies que podemos encontrar en la ciudad y el Bicicletero Peces de Antofagasta, que tiene forma de escama de pescado. También ofrecemos talleres donde explicamos a los niños sobre la naturaleza de nuestro territorio mediante infografías.

¿Hay visitas de colegios?
Por supuesto. Queremos que las personas disfruten y aprendan. Porque si logramos que este sea un espacio integrado, al que la gente le tiene cariño, aportaremos al disfrute y a tener una sociedad más feliz. La ciudad está llena de conflictos y por eso queremos lograr un lugar armónico y democrático, donde todos se sientan parte.

 

Horarios de funcionamiento del Café y Biblioteca
Lunes a viernes de 16:00 a 21:00 horas
Sábado y domingo de 11:00 a 21.00 horas

 

“Estamos convencidos de que en la medida en que los espacios son estéticamente bonitos, inclusivos y gratuitos, las personas los respetan. Cualquiera de nosotros puede llegar y disfrutar de un libro y del atardecer”.

“Rechangueando es una propuesta que recupera el espacio desde nuestra identidad costera”.

“Queremos que las personas disfruten y aprendan. Porque si logramos que este sea un espacio integrado, al que la gente le tiene cariño, aportaremos al disfrute y a tener una sociedad más feliz”.