Mariana Derderián: Tiempos de cambio

Han sido meses de quiebres y nuevas oportunidades, de reacomodos en su vida pero que hoy la tienen contenta. La actriz y panelista de televisión relata cómo le ha dado la bienvenida a su nueva realidad y también comenta las transformaciones que experimentan los medios de comunicación.

Por Bernardita Cruz / Fotografía Andrea Barceló A.

A las 5:30 de la mañana suena su despertador. A esa hora es que empieza a correr, como dice ella, para llegar a tiempo a Canal 13, donde es panelista del matinal Bienvenidos. Repasa la pauta, lee la prensa, busca información, todo lo que necesita para estar a las ocho al aire.

Sabe que su trabajo requiere de un ritmo distinto, de levantarse mucho antes, de no ver despertar a sus hijos, a punto de cumplir cuatro y dos años, pero comenta que tiene todo bajo control. “Hago posta. El padre entra en escena y se hace cargo. Los levanta, los viste y los lleva al jardín. La verdad es que es la única forma en que yo pueda estar en esta pega. Pero este horario tiene sus beneficios, como tener la tarde para estar con los niños, para jugar, leerles, acompañarlos, además me permite también hacer otras cosas”.

El factor “horas” hoy en día tiene un valor distinto en la vida de esta actriz que ha participado en varias teleseries y también en el cine con la película Malta con huevo. Porque desde que se convirtió en mamá, todo cambió. Leticia y Pedro son su prioridad.

Se describe como equilibrista, malabarista, que está con los hijos, pero que además trabaja y debe cumplir con otras cosas. “También soy culposa. La maternidad es un constante ensayo y error. Y mis hijos me enseñan mucho.  Ellos van creciendo a pasos agigantados. Por ejemplo, acabo de pasar por todo el proceso de postulación al colegio con mi hija mayor. Creo que eso ya es otra etapa”, señala.

¿Cómo viviste ese proceso? Por lo general es de mucho estrés…
Fue del terror, pero tuve suerte mucha suerte porque quedamos en el colegio que queríamos. Tengo amigas que lo están pasando pésimo, porque en este minuto no han encontrado colegio. Es que el sistema de educación que tenemos es terrible.

Un tema para publicar en tu canal de YouTube Mamariana… Ahí hablas sobre distintos tópicos acerca de la maternidad y crianza.
Sí, pero sé que estoy en una situación privilegiada y que es un tema con el que puedo herir susceptibilidades. O sea, esto no es nada comparado con el sistema de tómbola. Eso sí que es espantoso. Por eso me encantaría que el sistema educacional cambiara, que la meritocracia fuera lo que primara.

¿Cuál es el objetivo de tus videos?
Reírse un poco de esta invitación que nos hacen los hijos día a día, porque ellos nos dan contenido a diario. Son temas con los que empatizan un montón de mamás y que te escriben “a mí también me pasó”. Y bueno, también porque soy culposa y porque estoy aprendiendo a ser mamá, además, una mamá separada.

¿Cuándo te separaste?
El año pasado. Pero tenemos una relación preciosa, nos queremos, nos adoramos, somos mejores amigos, nos caemos bien, hablamos todos los días ochenta mil veces… las postas que hacemos en las mañanas…es porque él va a mi casa, cuando hay tiempo conversamos, nos tomamos un café, yo me voy y él se hace cargo. Es todo un mundo nuevo que también requiere de un acomodo. Y es bien personal de cada relación, de cada pareja, de cada familia, de cómo uno quiere llevar la situación y, también, de la condición en que te estás separando. Yo tengo suerte porque sabemos cuáles son las prioridades, o sea, los niños están primero y lo principal es lo que les pasa ellos y su felicidad. La verdad es que lo nuestro se resolvió rápido porque hay mucho cariño, es una relación muy bonita.

Es un tema que has logrado mantener bien en reserva… por lo general son cosas que sí se filtran a la prensa.
Cuando pasó, le conté al equipo y me sentí súper apoyada, sobre todo porque te diría que el primer mes fue durísimo. Pero claro, públicamente no había aparecido en ninguna parte porque quiero resguardar mi vida. Nunca he sido de hablar y ventilar para bien o para mal. La verdad es que creo que a la gente no le interesa tampoco.

¿Cómo ha sido encontrarse con una Mariana soltera?
Ha sido una obligación, prácticamente, porque la verdad es que a uno le cuesta encontrar energías, pero para que los niños estén bien tienes que estar bien. Que cada mamá haga lo que a ella le parezca, lo que le resulte, lo que la haga feliz, porque los niños reciben la emoción, entonces creo que hay que poner harta energía en estar uno bien. Ellos son mi prioridad.

Es una soltería distinta. Han pasado los años, eres mamá…
Absolutamente. Ahora soy un pack, tengo a mis dos hijos, o sea, quien me quiera me tiene que querer con ellos. También me he dado cuenta de que somos hartos los separados, como que las relaciones duran poco. Mis padres están juntos hasta el día de hoy. Cuando estaba en el colegio la mayoría de mis compañeros tenía a los papás juntos y hoy es distinto. En el Festival de Viña, Jorge Alís dijo un chiste que era “antes, los papás tenían cuatro hijos y ahora los hijos tienen cuatro papás” y eso refleja lo que pasa. En esta simple frase hay un cambio social evidente.

“CÓMO ANDAMOS POR CASA”

¿Te sientes cómoda en el formato matinal? Antes estabas en teleseries.
Me he sentido muy cómoda, pero sí es un lugar muy distinto; soy muy nueva en esto. La exposición también es diferente, porque exhibes tus pensamientos, tus sentimientos, las cosas que te mueven, que te apasionan o las que en realidad no te generan nada.

Y eso se recoge y critica en las redes sociales.
Claro, pero ahí no importa lo que uno haga porque siempre va a haber críticas, muchas son sin argumentos, de mala forma. A mí no me duelen, no le doy cabida a eso. Siempre he pensado que es uno quien entrega el poder de que las cosas te duelan.

¿Te gustaría volver a actuar en teleseries?
Sí, pero también me gusta lo que estoy haciendo y me acomoda mucho tener un horario fijo porque tengo hijos chicos.

¿Ves un renacer en las teleseries? Antes solo Mega se llevaba el rating.
Sí. En el caso de Canal 13 lo que más me gusta es que, además, se hacen producciones también pensando en vender las historias fuera, en generar contenido más universal. Me gusta sentir que se puede llegar a través de distintas plataformas porque de verdad ya no hay fronteras.

Pero importan también las ganancias, los canales necesitan financiar su funcionamiento.
Por supuesto. A mí me parece fantástico y pienso también que se tenía que subir el estándar y ponerse a la altura de lo que pasa hoy. Es mucha la cantidad de información que tenemos, la gente puede elegir ver una película o bajar el contenido de YouTube, Netflix o HBO GO. Entonces te ves obligado a hacer nuevas propuestas y mejorar el estándar. Y eso es lo que estoy viendo en mi canal.

¿Cómo ves la crisis en los medios de comunicación? ¿Es solo culpa de Internet?
Yo creo que sí, porque finalmente los auspiciadores se están yendo para allá. Es vertiginoso lo que pasa, el no tener idea de cómo van a ser las cosas en el futuro, si la carrera que se está estudiando hoy día te va a servir mañana, el cómo van a ser las relaciones humanas. Creo que va más rápido el avance que la asimilación.

¿Crees que haya un cambio de contenidos y formatos
No lo creo. Pienso que mientras un formato o contenido tenga público y auspiciadores, la fiesta está armada. Por ejemplo, los realities o la farándula. Si hay público que la consume, no veo dónde está el problema, aunque a mí no me guste en lo absoluto.

¿Por qué no te gusta?
No me gusta juzgar ni que me juzguen. Todos tenemos tejado de vidrio. Tengo una pulsera que dice “cómo andamos por casa”. Y eso es exactamente.

 

“Soy culposa. La maternidad es un constante ensayo y error. Y mis hijos me enseñan mucho.  Ellos van creciendo a pasos agigantados”.

“No me gusta juzgar ni que me juzguen. Todos tenemos dejado de vidrio”, dice Mariana con respecto a la farándula.