Baila, baila, baila  

Haruki Murakami
Tusquets Editores 2012, 453 páginas

Con Baila, baila, baila (Dansu, dansu, dansu) Haruki Murakami, el más grande de los escritores que ha dado Oriente, a lo menos en el formato de la novela, sorprende en su costumbre de publicar obras maestras. La historia comienza con el relato en primera persona de un protagonista de nombre desconocido o no mencionado. Lo que parece un ejercicio de introspección se convierte, a la mitad del relato, en una novela policial sita en el convulsionado Tokio corporativo de los años ochenta del siglo anterior. Después de pasar por aciagos momentos personales, el protagonista debe volver a Sapporo a ajustar cuentas con su pasado y a rememorar una extraña relación con una misteriosa mujer. Debe volver al Hotel Delfín y encontrar las claves que le indiquen qué debe hacer con su vida. Es allí donde aparece el Hombre Carnero y le explica de modo críptico hacia dónde debe encaminar su vida. Las cosas, lejos de simplificarse, se hacen cada vez más complejas. En su camino aparecen redes de prostitución, ejecutivos corruptos y nuevas amistades que hacen más difícil la búsqueda del protagonista. La obra, al igual que otras del mismo escritor, da cuenta de la alienación propia del capitalismo avanzado y de la imposibilidad de salirse de sus redes sin pagar importantes costos personales.