Zúñiga Studio & Co: Sello versátil

Leonardo Zúñiga lidera un especial estudio creativo especializado en construcción de marcas y diseño de interiores. Con apuestas atrevidas, espacios muy bien pensados y un timbre vintage se ha ido posicionando en diferentes restaurantes, hostales y tiendas de Santiago y Valparaíso.

Por María Inés Manzo C. / Fotografía Teresa Lamas G. y gentileza de Zúñiga Studio & Co. 

Ingeniero comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez de Viña del Mar, Leonardo Zúñiga (31) hace siete años lideró un emprendimiento llamado Cabros, donde un grupo de jóvenes amigos se hizo conocido en la zona como una consultora creativa. De esa iniciativa —donde tomó experiencia y las ansias de desarrollar su propia firma y estilo personal— decidió regresar a su ciudad natal, Santiago.

Así, hace tres años y medio, formó Zúñiga Studio & Co. en pleno Barrio Italia y dentro de sus clientes destacan entretenidos proyectos como La Joya de Valparaíso (restaurante, hostel y su nuevo cowork), Not Found Hostel en Viña del Mar; el restaurante El Honesto Mike en Santiago, entre otros.

¿Cómo llegaste al diseño de interiores?
Desde ingeniería comercial, me especialicé en marketing; de ahí en publicidad, en toda la parte creativa y dirección de arte. Si bien en un comienzo estaba orientado a un diseño más gráfico, mis propios clientes me empezaron a solicitar stands o que les decorara su oficina. En algunas campañas que tuvimos en Valparaíso hicimos hartas intervenciones en la vía pública, trabajando con materiales, maestros, diseñadores industriales, de ahí me “picó el bichito”. Fue un aprender haciendo. Hoy me declaro un diseñador de interiores, pero de oficio. Llevo diez proyectos ejecutados y estamos desarrollando seis más.

¿Nunca te llamó la atención estudiar la carrera?
Hice un curso con el diseñador de interiores Hugo Grisanti, que me sirvió muchísimo, pero estudiar la carrera no lo haría. Me gustaría sí, más adelante, especializarme fuera de Chile e ir a visitar ferias. Si bien la academia te forma en lo técnico, eso no es lo que aporto a los proyectos, pues trato de ir más allá. No externalizamos y en muchas de las obras estamos metidos en terreno, en la misma obra.

¿Con quién trabajas en tu estudio?
Somos cinco en este momento, dos diseñadores de ambiente, un diseñador gráfico y un productor general que nos ayuda con toda la gestión. Es un equipo pequeño, pero bien proactivo. Más el equipo freelance con el cual vengo trabajando hace muchos años, con otros diseñadores gráficos, fotógrafos, audiovisuales, y también un staff de maestros que va rotando.

CASA FOA

El 2017, Leonardo Zúñiga fue invitado a participar de Casa FOA y ganó el premio al nuevo talento de diseño de interiores por su loft. Un multiespacio donde se combinó el diseño chileno, la buena distribución de los espacios y una atractiva iluminación. “La invitación me tomó por sorpresa, porque este era un sueño que quería lograr a largo plazo. La organización andaba en busca de nuevos talentos y fue una excelente experiencia, porque me tuve que autoexigir un alto estándar de diseño. También fue una forma de validarme como diseñador de interiores y lo agradezco mucho, pues muchos pueden criticar qué hace un ingeniero comercial metido en este rubro. Conocí a muchos diseñadores consagrados, nos dio harta visibilidad como estudio y quedamos con un nivel de proveedores y de contactos importante”.

¿Cómo fue el proceso?
El desafío no fue menor, pues recién nos iniciábamos en el rubro. Fueron dos meses de arduo trabajo donde ocupamos un espacio muy grande, que tenía hartos metros cuadrados. Hay auspiciadores que te pasan todo, las maderas, las pinturas, las cocinas; pero también agregamos otros elementos interesantes en muebles y objetos. Me conseguí, por ejemplo, con una amiga (la artista visual Teresa Aninat), unos cuadros maravillosos y así fuimos agregando elementos que hicieron la diferencia.

¿El multiespacio es algo que se repite en tus proyectos?
Depende, pero espacios como el loft de Casa Foa o la Joya de Valparaíso, por sus características y amplios espacios, te permiten trabajarlo así. Tener todo integrado es muy interesante, pero hay otros proyectos que son de arquitectura muy rígida y es imposible.

VINTAGE Y MÁS

“Como mi origen proviene del marketing, las solicitudes de proyectos son naturalmente por esa línea y por eso ofrecemos el “pack 360”, que tiene que ver con todo la construcción del concepto, del nombre, de la identidad visual de la marca, la campaña y aparte la ambientación del espacio”.

¿Te interesa el área habitacional?
Últimamente nos han llamado para viviendas. Ahora estamos remodelando un departamento grande en Bellas Artes, nuestro primer proyecto residencial. Es una experiencia diferente, entretenida, que gracias a las habilidades que hemos ido adquiriendo lo hemos podido desarrollar. También estamos trabajando con algunas inmobiliarias de Concón haciendo salas de venta.

¿Cómo logras llegar a ese punto medio entre la identidad de tu estudio y la identidad del proyecto? A veces pueden existir diferencias de opinión…
Eso me pasó con el encargo residencial. De alguna manera he sentido que tienes menos espacio para diseñar libremente, porque estás trabajando para alguien que tiene un gusto específico. A diferencia de un trabajo comercial, donde estás diseñando para un target. La verdad es que tenemos un estilo versátil y un sello que se nota. Nos gusta diseñar proyectos que destaquen, que sean un poco más arriesgados e innovadores. Los clientes ven nuestro portafolio y buscan esa línea de trabajo.

En tus trabajos hay muchos detalles vintages
Sí, la verdad es que me encanta, es algo que siempre trato de integrar de alguna manera y está en varios proyectos, aunque no en todos. Por eso uno de los planes del estudio es tener una tienda online asociada de mobiliario y objetos vintage.

¿Hoy la gente se está atreviendo más a decorar sus espacios?
Sí, creo que hay un boom en la parte comercial y muchos se dieron cuenta de que si no incluyen diseño a sus proyectos no van a destacar. Hoy, sobre todo por las redes sociales, tener una buena imagen es importantísimo y un estándar mínimo.

¿Cuáles son las tendencias que se vienen para este año en decoración de interiores?
Full minimalista, espacios más limpios, más pulcros. Espacios versátiles, abiertos, harto color… salir del blanco, negro y gris. No digo que ese sea mi estilo, pero es lo que se usa hoy.

TRANSFORMACIÓN

“Me encanta el aporte que indirectamente puedes hacer a la ciudad con un proyecto. Por ejemplo en Valparaíso, con La Joya, rescatamos una esquina que estaba totalmente perdida del puerto; eran casas que se caían a pedazos, donde andaban puros borrachitos y era peligroso para los vecinos. Hoy se transformó, partimos con el hostal, luego el restaurante y ahora el cowork. Llegamos a lugares que están en muy malas condiciones y los hacemos florecer. La transformación es algo que nos caracteriza, no llegamos casi nunca a decorar un espacio que está listo”.

¿En qué están ahora?
Remodelando una casa en Lastarria (que data de 1911) para hacer un restaurante. Ha sido un dolor de cabeza porque estaba en pésimas condiciones, pero esperamos abrir pronto. Este es el segundo restaurante de los dueños de El Honesto Mike y también tiene mucho diseño. También estamos remodelando una clínica dental, una pizzería y la segunda tienda de Beervana en Santiago, distribuidores especializados en cerveza.

¿Cuáles son tus proyectos favoritos?
Todos tienen algo, pero el holding de La Joya primero fue una escuela —y un proyecto cada año— y ver esa transformación en el tiempo me alucina. Fue un trabajo que hice codo a codo con la dueña, Elizabeth Pusic; hoy hay turistas comiendo hamburguesas, gente trabajando… es increíble. Otro proyecto que me gusta mucho es El Honesto Mike, los dueños son jóvenes, creyeron en el concepto e hicimos un diseño básicamente de pura chatarra. Me dieron espacio que quizás otro cliente no lo hubiera hecho. Por ejemplo, un baño en que todo el techo está decorado por sopapos. Una locura que funcionó perfecta.